Menos de un mes le costó al Tribunal Constitucional de Portugal decidir sobre el recurso presentado contra el matrimonio en igualdad de derechos para las parejas del mismo sexo por el Presidente de la República, primo occidental de los populares españoles. Unos cuatro meses resultaron suficientes para que el Supremo de México explicara a varios estados especialmente conservadores que estaba totalmente fuera de lugar su recurso para evitar los efectos del matrimonio igualitario en sus territorios (a día de hoy se puede celebrar en México DF, aunque algunos otros estados han iniciado procesos similares). No mucho más tuvieron que esperar las resoluciones planteadas acerca de diversos extremos relacionados con el derecho al matrimonio entre dos hombres gays o dos mujeres lesbianas en Sudáfrica (inconstitucionalidad del matrimonio sólo para heterosexuales), California (validez de los matrimonios celebrados antes del referéndum que anuló la decisión de la Asamblea estatal) o Israel (validez de los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en terceros países donde la legislación así lo permitiera).
Seis años después del infame recurso presentado por el Partido Popular contra la igualdad de derechos para todos los españoles, nuestro Tribunal Constitucional continúa bajo el Síndrome de Belinda, incapaz de emitir sonido alguno.
Fue hace ya mucho tiempo cuando algunos sondeos y filtraciones parecieron augurar un pronto y feliz resultado, con un aval claro al matrimonio igualitario que habría ido firmado por nueve de los doce magistrados. Incluyendo, pues, a varios del bloque más conservador. Después fue demorándose al son de la llamada "estrategia Trillo" (qué personajillo, señores, qué personajillo) dispuesto a enmierdar toda decisión de un legislativo favorable a la izquierda, poniéndola bajo sospecha de constitucionalidad, sobrecargando de papeles al alto tribunal y, para redondear la jugada, bloqueando su renovación en una especie de golpe de estado constitucional que de entrada sirvió para sumar deslegitimación y hartazgo a la deteriorada imagen de las instituciones. Y de salida, para sentar en el organismo público a uno de esos peones que desde la sombra hicieron el juego a la mencionada estrategia, probando su incapacidad para entender de la ley sin dejarse llevar por sus propios prejuicios ideológicos y religiosos.
El último episodio, después del sainete del Senado, fue continuar el bloqueo en el Congreso para colocar a un segundo peón de obediencia debida y probada amistad y servicios, en sus constantes devaneos con la FAES y otros foros totalmente "independientes" del Partido Popular, como sabrán ustedes. Lo que significa que hoy tres magistrados se encuentran en período de prórroga de sus mandatos, en total cuatro vacantes si sumamos la del ultraconservador García-Calvo, fallecido en accidente. Cuatro vacantes que, según los planes tramados por el perverso polimorfo de Trillo, tendrían que ser hoy renovados apelando a una nueva mayoría en la que los populares tratarían de desequilibrar la composición del Constitucional en su favor. Y su favor significa hoy en contra de la igualdad civil de lesbianas y gays.
Porque a pesar de lo que algunos prefieren creer (supongo que para justificar la papeleta que han metido en la urna) sí es posible que un Constitucional escorado hacia la ultraderecha religiosa acepte el recurso popular (que no trata del nombre sino de cuestiones sustanciales) y aunque más difícil, también sería posible que dejara sin efecto los matrimonios celebrados desde el 2005. Toda una espada de Damocles, una amenaza sobre tantas y tantas familias que podrían verse relegadas al limbo legal sólo para que el Forro de la Fajilla, HazteOrín y otros se frotaran las manos triunfantes. Y que convertiría a España de paladín en hazmerreír de una igualdad y unos derechos que pese a quien pese son imparables.
En vísperas del aniversario de la aprobación de la Constitución Española de 1978, activistas de la FELGTB y de COGAM se han concentrado delante del Tribunal Constitucional y han entregado varios miles de firmas pidiendo, exigiendo, que de una vez emitan su sentencia y saquen nuestros derechos de la agenda de los crispadores y de los finos estrategas de las manitas sucias. Nuestros amigos, nuestros hijos, nuestras familias no están ya dispuestas a consentir más espera. Y va siendo tiempo de saber si podemos volver con tranquilidad alerta a nuestras casas (fíese de Rajoy y no corra, oiga, incluso con sentencia favorable) o si tenemos que volver a la calle y a la batalla.
Porque no sé a otras compañeras, a otros compañeros, con los que compartí batallas , ilusiones y emoción entonces. Pero a mí el Tribunal Constitucional de los simpáticos inoperantes y los simpáticos recurrentes populares me tienen ... pues sí, eso, hasta los cojones.
3 comentarios:
Desde luego es una demora insoportable y os deseo a todo el colectivo GLB la mejor suerte del Mundo en la sentencia si es que termina saliendo.
Respecto al sr.Trillo prefiero guardar mi opinión pues creo que publicarla sería delito, baste saber que el hecho de saludarle en mi opinión dehonra al que lo haga.
Saludos.
Y yo luego me tengo que dar prisa en los plazos de diez días. Es que no se entiende. ¿Qué están todo el día leyendo papeles? ¿o están los papeles en un armario encerrados? Deberían explicar también el por qué de tanta tardanza. Hace un daño al sistema judicial y a la credibilidad de la justicia misma enorme.
Sigo esperando tu comentario a la fotografía, porque es el único que me falta.
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