REINOSA, VEINTE AÑOS DESPUÉS
¿Recordáis esta foto? Tuvo varios premios, fue portada de Diario 16 y pasó desde allí a todos los medios nacionales y parte de los internacionales. Allá por marzo de 1987, en la dura reconversión industrial y cuando un pueblo cántabro, obrero, lleno de buena gente y en el que estudié, pasé mis primeros 18 años, di mis primeros besos y dejé muchos cachitos de mi corazón, tenía que luchar para poder seguir viviendo. Los trabajadores de la Naval sólo esperaban un poco de información sobre su muy incierto futuro, y tal vez hicieron mal reteniendo a ese Antolín que dirigía la fábrica y se negó durante meses a hablar con los sindicatos y se iba para hacer de Consejero de Industria del Gobierno Vasco. Pero una penosa gestión de la crisis desató la violencia, y los comandos especiales entraron a golpes en la fábrica enviando a Valdecilla a más de 30 trabajadores, "rescatando" al secuestrado y dejándose olvidados por las calles a sus compañeros de cuerpo. Más locuras, una radio llamando a la venganza, la ira por el ataque y los heridos ... acabaron con los guardias civiles de la foto y algunos otros acorralados en un callejón (enfrente del Parque de Cupido y al lado de mi vivienda campurriana) y rindiéndose por segunda vez (la primera en el 36) para oprobio de un cuerpo que tiene a gala no rendirse nunca.
Clamaban venganza. Y tres políticos incapaces (y me ahorro otros adjetivos) como Antonio Pallarés, Delegado del Gobierno en Cantabria, Luis Roldán, Director General de la Guardia Civil, Chorizo y usuario de calzoncillos de especial mal gusto, y José Barrionuevo, Ministro del Interior, se tuvieron que enfrentar a un pueblo que reclamaba con huelgas y manifestaciones (constitucionales, legítimas) y sólo supieron hacerlo a través de la violencia más absurda y gratuita.
Qué cosas, la foto de los pobres guardias civiles de la foto las vimos todos, pero se nos hurtaron las imágenes del Estado de Sitio a todas luces inconstitucional que Reinosa fue sobrellevando durante más de un mes y que acabó estallando en una fecha negra: el 15 de abril de 1987, Jueves Santo para más señas. Veinte años justos cuando escribo estas líneas. Como se nos hurtó o pervirtió la información de las tropelías de la Guardia Civil en esa fecha.
Centenares de heridos, muchos detenidos algunos de los cuales denunciaron vejaciones y malos tratos que, visto lo visto me creo a pies juntillas (algunos no tuvimos que informarnos de lo que pasaba: lo vimos con nuestros propios ojos -yo el jueves santo no estaba en Reinosa, pero sí vi muchos desmanes anteriores-), un pueblo destrozado como si hubiera pasado por él la guerra. Y un trabajador de Naval muerto con la nariz rota, los pulmones destrozados con los gases tóxicos que los guardias civiles arrojaron en el garaje donde con unos compañeros se había protegido y devuelto como si fuera un perro por un hospital con órdenes de devolver rápido a los heridos, no fuera que hubiera demasiados: Gonzalo Ruiz.
El viernes estuve en el genial concierto acústico de La Fuga (no sé si hacer una reseña, que a algunos lectores no les gusta que me guste el rock, jeje). Y terminó, como todos los que ofrecen en Cantabria, con su canción Primavera del 87. Un himno a la dignidad de un pueblo y la memoria de Gonzalo escrita por quienes entonces eran unos chavales y lo vieron todo. Y creo que mi Reinosa se merece un recuerdo desde este Santander posible.
Nunca Mais.
4 comentarios:
Pues sí, fecha negra esta que rescatas... Aquel episodio fue vergonzante, pero otros posteriores tampoco le andan a la zaga. Más bien superan con mucho el más difícil todavía. Y no entro en ellos porque repetir aquí el contenido de algunas de las últimas páginas de El País no tiene demasiado sentido..., pero creo que todos sabemos a lo que me refiero.
Y de la reseñita de La Fuga no te prives, digo no nos prives. Besines.
Me parece muy bien que veinte años después recuerdes aquellos vergonzosos actos, hay cosas que se deben pregonar para intentar, al menos, que no vuelvan a ocurrir.
Lo malo que en Reinosa se perdio el espiritu de 87 y ahora nadie mueve un dedo por nadie
Es algo muy emotivo que un hombre 25 años después de esta masacre contra un pueblo que no hacía más que reclamar el puesto de trabajo y poder dar de comer a sus familias recuerde que los guardias civiles, sí los GUARDIAS CIVILES arremetieron contra un pueblo indefenso.
Yo también soy de Reinosa, y aunque no viví para verlo me he ido informando.
Gracias, gracias por recordar a este pueblo herido en el orgullo porque su propio país le dió la espalda.
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