domingo, marzo 11, 2007

ONCE DE MARZO

Recuerdo algunas cosas. Que me enteré tarde, porque no soporto despertar con las noticias y prefiero poner música. Que Santander era una ciudad poblada por personas que íbamos y veníamos desconcertadas y en silencio. Que me encontré con un amigo por el Paseo de Pereda y no dijimos nada y nos abrazamos llorando. Que me volví loco intentando hablar con Clavel, con Quique, con Zalín, con Beatriz, con ... un montón de amigos y familiares de Madrid, pero los teléfonos no funcionaban. Recuerdo que al día siguiente todo Santander estaba en la calle a pesar del diluvio que arreciaba, que era imposible avanzar, que el silencio y el dolor se podían tocar con las manos, que unos metros por delante iban dos chiquitos cogidos de la mano y nadie les decía nada ...

Hoy es once de marzo. Un día para recordar a tantas víctimas, para llorar por tantas vidas truncadas. Pero también para reflexionar sobre la locura que esa fecha trajo sobre nuestra España, donde una mujer insulta a la madre de una de las muertas en el vagón, sólo por ser musulmana. Y donde ciertos personajes de la política, el periodismo y la insidia continúan jugando con fuego, desprestigiando a las instituciones, asaltando la convivencia. Sólo porque el poder se les fue de las manos tres días más tarde.

Un par de meses después del atentando, recibí por e-mail una invitación para participar en un libro de poemas dedicado al recuerdo del 11-M. Construí unos pocos versos con emociones, sensaciones y fragmentos de las biografías de algunas de las personas asesinadas tal como las había ido leyendo, lágrima tras lágrima, en El País.

Hoy, que es once de marzo, quiero compartir ese poema con vosotros. Porque está celebrándose un juicio en el que muchos pensamos que se aplicará la ley, la del estado de derecho, la de una sociedad democrática, a los culpables. Pero que no servirá para que se calmen nuestras calles y nuestros medios de comunicación, porque hay miserables que viven mejor en el insulto y la mentira. Y en estos años nos han robado tanto corazón y tanta esperanza que me he estremecido cuando he cogido 11-M, Poemas contra el olvido para copiaros aquí mi texto y he visto que los ingresos de su venta fueron a parar a la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Que entonces no estaba manipulada por el tal Alcaraz, y se suponía que integraría también a las familias que luego han preferido constituir asociaciones específicas, como la dirigida por Pilar Manjón y su brechtiano fuego de Madre Coraje.

Aquí os va el poema

Después de marzo

Qué dífícil ser hombre.
Regresar cada día a la rutina
del tren de cercanías, el café
con la leche templada y el trabajo
para que el pan no falte.

Qué difícil la ausencia.
Conjugar el lenguaje de los verbos
caminar, estudiar, jugar al fútbol,
nacer, reír, parir, manifestarse,
besar la boca amada, acariciar
al perro por la noche, atravesar
las fronteras, viajar de nuevo a casa ...

Qué difícil la calma. Qué difíciles
ahora la esperanza, la alegría
del pájaro pequeño que renuncia
a festejar la nueva primavera.
Qué difícil labrar, codo con codo,
con millones de hermanos por las calles
de todas las ciudades que hoy se llaman
Madrid, la paz que amamos, con el gesto
sereno y la mirada transparente.

Qué difícil cantar, cuando en la boca
el sabor de la sangre nos abrasa.



En este aniversario, un abrazo lleno de paz para todos.

1 comentario:

Luis López dijo...

Enhorabuena por tu poesía, tan profunda y llena de entusiasmo, sensible y noble. Sigamos luchando por la libertad y contra la intolerancia, solo así seremos más humanos, más sensatos y más justos, y entre todos intentemos hacer un mundo menos cruel y más aperturista.

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