jueves, abril 09, 2015

DECORO MUSICAL PROCESIONAL


Deambular por la Semana Santa santanderina, por la de cualquier ciudad hispánica supongo, no deja de ser una extraordinaria fuente de frescos y anécdotas costumbristas. A la choni vociferante de la última entrada de este blog, quiero sumar hoy una pequeña y sabrosa anécdota de corte musical.

Llamaban decoro en el teatro a la perfecta y deseable coherencia entre el tipo del personaje y su lenguaje, ademanes, vestimentas, etc. Podríamos llamarlo directamente sentido estético-común. Un concepto que aplicado a la música, y más si de celebraciones litúrgicas en particular o religiosas en general hablamos, recomienda que el espíritu y contenidos de los acompañamientos sonoros sean adecuados al momento en cuestión. Por mucho que los tiempos de Navidad inviten al organista de la parroquia a interpretar villancicos populares, no parece la mejor idea que el féretro del muerto entre en la iglesia mientras suena (les juro que es cierto, que lo fue hace algunos años, en una iglesia santanderina de la que no voy a dar más datos) Hacia Belén va una burra. De la misma manera en la que uno no acaba de entender por qué en la mitad de las bodas se acaban interpretando durante la eucaristía salmos penitenciales.

Como ya he comentado, en los últimos años ha habido un repunte en la Semana Santa de Santander, en la participación en las procesiones en concreto, y las cofradías pugnan por mejorar tronos, presentar nuevos pasos y presentarse con mayor solemnidad. Con mayor o menor fortuna, esa mayor solemnidad hace que muchas cofradías procesionen acompañadas por música, con bandas propias o amigas. Y hay quienes caminan acompañados por una banda de gaitas.

La gaita es instrumento solemne sin duda, tanto como festivo, y desde luego que uno conoce todo un amplio repertorio militar o sacro apto para desfiles y caminatas de toda índole. Pero no debería bastarles a los gaiteros con tocar una pieza de aire lento, sobre todo si tenemos en cuenta que en el repertorio cántaro muchas de estas piezas son versión instrumental de tonadas vocales o cantos de ronda bien conocidos y con letras inscritas en la memoria popular. Quiero decir que es casi inevitable (bueno, inevitable para mí, que además de malo muy malo son un conocedor regular del folklore cántaro) canturrear la letra cuando escucho la música.

El caso es que, vamos al lío, cortito, al lado de mi casa tiene su sede una cofradía que procesional con gaitas. Iban a salir sus pasos de la iglesia cuando las gaitas comenzaron a tocar, por cierto que suenan bastante bien, y desde luego mucho mejor que algunas otras formaciones intervinientes y más desafinantes que desafiantes. Saltaron los aires populares y pudimos presenciar a Cristo cargado con la cruz de camino al Calvario mientras escuchábamos "Si vas a Reinosa, párate en Pesquera" y a la Inmaculada Dolorosa moviéndose lenta y solemne mientras las gaitas decían "la niña que tiene amores siempre está descolorida".

En  fin.

2 comentarios:

BRUNO dijo...

BRAVO!.
Lo de "hacia Belén va..." es sublime. (Por preguntar, ¿el difunto era varón o hembra?).
Acompañando los pasos, por mi como si va la tuna con "Clavelitos". Farsa.
Salud.

Rukaegos dijo...

Era difunta, Bruno, difunta :-)

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