miércoles, octubre 08, 2014

UN MINISTERIO PARA MATO


Me da un poco de miedo escribir esta noche en el blog, porque ya se sabe que cuando alguien se ocupa de Ana Mato-Confetti casi de inmediato le llueve por parte de la Brunete Mediática y de los palmeros del Tintorro Party la calificación de machista. Ya nos lo han dicho en infinidad de ocasiones, a Ana Mato-Confetti se la ataca por ser mujer. Me atrevería a decir que por ser mujer-mujer , en la mejor escuela de otra inefable Ana, la Botella. Así que he decidido comenzar aclarando que no voy a hablar de Ana Mato-Confetti por su condición de mujer, sino por su condición de peligro público, por su condición de incapaz, por su condición de inútil, por su condición de indigna. Condiciones que podrían caber y de hecho caben en muchos hombres, pero que aquí y ahora están representados en esta ministra de sanidad con la que Satán Rajoy quiso castigarnos.

¿Alguna vez se habrá parado a pensar Mato-Confetti en el dolor, en el peligro, en el desamparo que han provocado y están provocando sus recortes, aplicados con eficiente mano dura por sus sicarios centrales y sus embajadores en las comunidades autónomas que gestionan buena parte del gasto sanitario? Sabemos de tratamientos que no se han administrado, de personas, sí personas, a las que se niega la asistencia o se obliga a asumir una carga económica imposible por el único pecado de ser extranjeras, de españoles que han muerto lejos de España porque el gobierno se negó a hacerse cargo de su traslado. Mientras Mato-Confetti se ríe en las ruedas de prensa, feliz de haberse conocido. ¿Alguna vez se habrá parado a pensar el ejemplo de podredumbre que representa quien tan cerca estuvo de la Gürtel, quien hizo la vista gorda ante el lujo desenfrenado de su forma de vida, que disfrutó de privilegios con una sonrisa en la boquita, encantada de merecer tanto bien? Nunca preguntó, nunca quiso saber, y tan a la moda hay quienes afirman que sufrió todo por amor y por esa fe profunda que dicen que profesa y que tanto valor da a la indisolubilidad familiar y a sus niños (los otros niños, las otras familias, los otros sufrientes vienen a darle un poco lo mismo). ¿Tendrá hoy tiempo, un segundo siquiera, para pensar cómo su indiscutible torpeza en la gestión de los casos de ese maldito ébola que había contaminado a los misioneros españoles, cómo sus oídos sordos a tantas indicaciones médicas que recordaban que no teníamos capacidad ni niveles de protección y alarma suficientes, que la desdidia y el incumplimiento de los protocolos nos han convertido no solo en un foco de la actualidad internacional -el primer país europeo en detectar un caso de bola- sino en la inseguridad, el miedo, el riesgo a los que nos ha sacrificado a todos los ciudadanos españoles? ¡Y pensar que lo lógico hubiera sido que el ébola hubiese encontrado su caldo de cultivo como lo estarán haciendo -nos tememos- otros virus en el desamparo de los inmigrantes a los que se niega la atención sanitaria!

Hay tantas razones ya por las que Ana Mato-Confetti debería haber dimitido en un ejercicio necesario de responsabilidad política (por consentir la corrupción, por disfrutar de sus beneficios, por destruir el sistema sanitario español, por provocar muertes con sus recortes, por poner en riesgo grave a todo un país) que parece mentira que en ese cuerpo quepan dosis tan altas de desfachatez, de desvergüenza. Tantas razones para cuestionar los méritos de semejante ministra y la salud de un partido y de un sistema que han permitido que alguien sin oficio ni beneficio conocido, sin mérito alguno y con un currículo laboral en cero (huy, perdón, que una vez fue profesora tutora de un centro asociado de la UNED), que uno se pregunta qué pecado mortal hemos cometido los españoles para sufrir entre tanto desamparo y tanto tiempo aciago a semejante personaje en los más altos destinos.

Pero está claro que no, que no va a dimitir, que ni ella ni nadie de su entorno está al tanto de lo que supone tener ese mínimo resto de decencia, que a lo mejor durante sus estudios de Ciencias Políticas faltó a clase el día que explicaron el concepto de responsabilidad política o se le perdió ese tema de los apuntes. Y es que con el caudal personal que aporta, ahora que empiezan a no verse tan fáciles las puertas giratorias. ¿quién querría a semejante personaje cerca, quién le encomendaría función laboral alguna? Así que solo le queda resistir y resistir para cotizar y cotizar, no vaya a ser que los ingresos propios y conyugales no hayan llegado sobre a sobre a construir un patrimonio para que sus niños se críen tan monos y privilegiados como ella.

Pero si se trata de eso, de resistir y de cotizar, uno que es sociataprogre y por tanto castueño irredento propondría una solución que en estos días creo que compartiría una buena parte de la ciudadanía española: Está bien, sea usted ministra, sea alto cargo y terrible carga, continúe cobrando sus pingües mamandurrias públicas, pero hágalo donde no pueda causarnos daño. Que Rajoy la conserve en su gobierno como Ministra de Serpentinas y Fiestas Infantiles, que la envíen a Eurodisney como embajadora plenipotenciaria, que nos represente a todos como Alta Comisionada para el desarrollo de los coches de lujo, pero por favor, señora Mato-Confetti , no continúe desacreditando a la sanidad española, no siga sembrando dolor, deje de ponernos en peligro: nos va la vida en ello.

5 comentarios:

BRUNO dijo...

La verdad es que me lo temía desde el minuto uno.
Es de sentido común no importar personas contagiadas de un virus contra el que no existe tratamiento a una zona libre de él. Puro sentido común, insisto.
Y sabiendo que gestionan el caso justamente los que gestionaron lo del "Prestige", el "Yak-43"...
Supongo que en ningún país medianamente serio permitirían ser nada más que presidente de comunidad de vecinos a álguien que informa que un vertido de petróleo catastrófico no es más que "unos hilillos de plastilina". Aquí se le nombre Presidente de Gobierno.
Así va ésto.
Saludos.

BRUNO dijo...

P. S.:
De Anita Confetti prefiero no decir nada.
Después de todo no es más que otra perla en el collar de un gobierno de gángsters ineptos.

DANDOESTOPA dijo...

Como siempre.. Magnífico!!!

Anónimo dijo...

Mejor explicado, imposible! Todos los ciudadanos honrados estamos de acuerdo en cada una de las líneas de ese texto...

Rukaegos dijo...

Muchas gracias por los comentarios. Lo cierto es que estos personajes de comedia barata, sin moral, mangantes e incapaces cada día dan un poco más de vergüenza ajena: ¿Seremos capaces de limpiar esta basura?

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