En este tiempo oscuro, en el que los imbéciles se multiplican como sobres, retomar con cierta energía la actividad del blog obliga a continuar denunciando a esos engendros metahumanos que con sus declaraciones y actitudes provocan tanta vergüenza ajena.
Sufren las personas lgtb en Rusia bajo la ola de odio que tipos de la calaña de Putin o el alcalde de San Petersburgo han ido alimentando y sirviendo en bandeja a neonazis violentos y descerebrados, popes barbados y público en general. La legislación antigay en Rusia es en la práctica una licencia para detener y violentar a cualquier homosexual o lesbiana nacional o turista y un aliciente para que turbas incontroladas de bestias agredan por su cuenta. Aunque si vemos las pruebas que de las cacerías van llegando, bien jaleadas por dulces ancianitas y por la propia policía, que no toma cartas en el asunto por pura prudencia (quiero decir que no se suma a las humillaciones, ni pensar en que pudieran poner orden y actuar contra los violentos).
Esa Rusia, que, claro está, es intocable porque tiene recursos y dinero, es intocable. Y salvo la voz de Obama que se ha atrevido a decir, con cierta timidez, que no va a consentir la homofobia de estado, una vez más ante un masivo atentado contra los derechos y la dignidad de las personas lgtb no sólo se da la callada por respuesta: Se concede a Rusia el privilegio de ser sede del Mundial de Atletismo que comienza mañana y de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno.
Uno se pregunta si es posible casar de alguna manera con el Espíritu Olímpico diseñado por Pierre de Coubertain la agresión constante contra vidas, dignidad y derechos de un sector de la sociedad, qué parte del Olimpismo representa secuestrar adolescentes para torturarles, humillares, obligarles a beber orina y colgar los videos en las redes sociales para dejarlos marcados de por vida. Pero gentuza podrida por el dinero, esa gentuza que fue devorando las entrañas del mundo deportivo cuando este se fue convirtiendo cada vez más en un generador de pingües beneficios, nos han dado la respuesta:
Lo que contradice el Espíritu Olímpico no es agredir, violar, violentar, golpear, maltratar, humillar, detener, expulsar, invisibilizar. No. Lo que contradice el Espíritu Olímpico es creer que los derechos humanos son una exigencia irrenunciable y en consecuencia colaborar en su respeto o en la denuncia de crímenes como los que hoy la Federación Rusa y la sociedad rusa cometen contra las personas lgtb. Y por eso a las amenazas de Putin y sus sucios sicarios, el imbécil de la foto, Jacques Rogge, y sus esbirros del Comité Olímpico Internacional suman las suyas propias: todo atleta, todo deportista que participe en las competiciones olímpicas que se atreva a hablar, a protestar, siquiera a lucir un pequeño distintivo, una pulsera o un pin que recuerde que transexuales, bisexuales, gays y lesbianas hoy en Rusia se encuentran en peligro grave y cierto será de inmediato sancionado y expulsado de los Juegos. Y me imagino que la Federación Internacional de Atletismo estará en la misma onda de miseria moral.
Pues lo siento. Los derechos humanos y el respeto a las personas NO SON POLÍTICA, pedazo de imbéciles. Pero sí es política, y responsabilidad, hacer la vista gorda ante los crímenes, más cuando se hace desde las cómodas poltronas y los hoteles de 5 estrellas donde, seguro, alguno de tan ejemplares dirigentes olímpicos recibirá a algún chaperito rubio y bien pagado.
Y para que estos cretinos al biés de lo que pasa en Rusia, si se tratara de los Juegos de Verano, Matthew Mitcham no habría podido conquistar sus medallas porque no habría obtenido permiso para entrar en Rusia o habría sido detenido nada más pisar el aeropuerto. Por el grave delito de haber salido del armario públicamente.
¿Juegos Olímpicos de Invierno? ¿Mundiales de Atletismo? Pura mierda. La misma mierda con la que la comunidad internacional y la comunidad olímpica contribuyeron en Berlín en el 36 a la propaganda Hitler y su perverso imperio. Ignorando las leyes contra los judíos y, por cierto, también las que criminalizaban a los homosexuales. Pura mierda.
3 comentarios:
Estaba yo pensando en el mismo, que hipocritón....
Lo único que puedo hacer es boicotearlo, y lo haré.
Creo que ya tienen su penitencia, la gente no esta acudiendo a las pruebas, las gradas están vacías.
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