domingo, julio 07, 2013

2013.A VUELTAS CON EL ORGULLO.




Un poco perezosos hemos estado estas semanas. Ya sabéis que de tanto en tanto este blog guarda silencio, más por la desidia de su autor o por algunos momentos de exceso de compromisos que por falta de ganas o de cosas que contar. Pero también sabéis que siempre vuelve.

Nunca, desde su apertura, había dejado de escribir algún artículo dedicado al Orgullo LGTB. Nunca porque sigo convencido de que es necesario continuar hablando en voz alta, continuar con una lucha que no se cerró nunca, asumir la responsabilidad de sostener lo conquistado mal que pese a los actuales gobernantes y aunque Wert elimine las referencias a la diversidad sexual y familiar en al curriculum educativo para volver a silenciar una realidad que está presente y para volver a agredir con un silencio demoledor a adolescentes lesbianas, gays, bisexuales y transexuales que tal vez no tengan otro asidero al que aferrarse. Aunque los recortes ataquen frontalmente las políticas familiares, que también nos afectan, las políticas sanitarias y de salud pública, que también nos afectan, y agredan en firme cuestiones como las técnicas de reproducción asistida, la reasignación de género, la prevención y tratamiento del VIH. Aunque recortes ideológicos dejen de lado a inmigrantes, también lgtb entre ellos, que viven entre nosotros y se restrinjan las políticas de asilo, aunque esa restricción suponga poner también en peligro la vida de tantas personas lgtb en tantos países. 

Así que aquí llegan las reflexiones de 2013 con un poco de retraso sobre el 28 de junio pero un día después de la gran manifestación estatal que tuvo lugar ayer en Madrid y que fue un grito multitudinario en defensa de nuestros derechos y dignidad pero también contra unas políticas que están destruyendo el estado del bienestar y recortando derechos sociales que fue duro y largo conquistar. Que nos están dejando a la intemperie como bien escenificaron los y las activistas que ayer se desnudaron frente a la sede del Ministerio de Sanidad, ocupado por esa señora que sobra desde hace mucho tiempo de la vida pública y que desconoce el concepto de responsabilidad política mientras sigue beneficiándose de su condición de casta. 

1. Me gustó que en Santander se buscara de nuevo la calle, a iniciativa de algunos locales de ambiente, en ese barrio de Tetuán que siempre ha sido testigo de nuestras vidas. Se ha demostrado una vez más que la convivencia es posible, que la ciudadanía aprende, comprende y disfruta la diversidad mucho más allá de los rifirrafes mediáticos o políticos, interesados siempre y al servicio de una catolicidad en armas obsesionada con cruzadas y curaciones contra las personas lgtb. No me gustó que esa salida a la calle se hiciera tal vez un poco demasiado como marca blanca , eliminando toda referencia reivindicativa y haciendo fácil así la visita al recinto, en busca siempre de la foto, de un alcalde con el que sabemos perfectamente que nunca podremos contar como nunca hemos podido contar para cualquier reivindicación a favor de nuestros derechos o contra la violencia homofóbica, que es incapaz de un gesto tan sencillo como el de exponer un día la bandera del Arco Iris en solidaridad con la pelea cotidiana de tantas personas de Santander, que NO SE HA GANADO el derecho a estar en una fiesta que sí es mía y de muchas otras personas. Lo mismo valdría para su equipo. Lo mismo para quienes desde el escenario gritaban consignas tan sesudas como "Y a dejarnos de politiqueos, que lo que queremos es divertirnos" tras dar encarecidamente las gracias al Ayuntamiento de Santander. Supongo que ignorando que fueron esos politiqueos en buena medida los que nos permiten divertirnos ... y muchas otras cosas. No, no y no, no basta de politiqueos: la política, la de verdad, es la que garantiza nuestra seguridad, nuestras vidas, nuestra dignidad, nuestras familias. Y olvidarlo supone necesariamente un regreso hacia un pasado que no quiero recuperar. Tampoco me gustaron referencias mediáticas y escenáricas al hecho de que por fin se había salido a la calle en Santander: llevamos muchos años en la calle, con actos, actividades, mesas e iniciativas públicas en Santander. En las que nunca por cierto habíamos visto a los que salen, dicen, a divertirse, y que ahora consideran que son pioneros en no sé qué lucha y no sé qué visibilidad. Pero en fin.

2. Un poco harto de lo de siempre, de esos bienintencionados que insisten en que el Orgullo de Madrid es un espectáculo friki que no nos hace ningún favor a los gays "normales" y que hace que se nos confunda con las  "bocazas". Pues a ver, una vez más: Viva las locazas, pioneras de la decencia, de la dignidad y de la visibilidad, y que por necesidad o lo que fuere iniciaron la lucha país a país, tierra a tierra, ciudad a ciudad, mientras las marinormales y las mariarmarias andaban, andábamos, jugando al escondite con las polillas del armario. Una vez más: yo enciendo la tele y veo a Jesulín, a la Esteban, a Bárcenas, a Cospedal, a los tronistas de Mujeres y Hombres, a ... a... a... y no veo que por esa banda tan grande se considere que todos los heterosexuales sean de la misma calaña. En cualquier caso, encantado de que me confundan con alguno de esos cuerpazos mariconísimos y llenos de esteroides y de vida y libertad de las carrozas o con las locazas de tacón y pluma que en el día a día luchan por salir adelante con sus trabajos y su responsabilidad mejor que con hetericones como José Bretón. Qué queréis que os diga. Y por último ... ¿normales? Pero nenas, a estas alturas de la historia ¿hay alguien normal? Tomo prestado el lema de una camiseta encantadora de esa tienda de Chueca que tanto me gusta, El Tintero, y proclamo que RARAS SOMOS TODAS. Ya.

3. Dice un amigo que no es cuestión tampoco de molestar. Sí, exactamente se trata de eso, de molestar. De molestar a quienes desde su intolerancia y sus prejuicios pretenden de nuevo hacernos invisibles disfrazándonos con el traje de lo que ellos llaman "normalidad". Ellos celebran sus carnavales tradicionales, populares y religiosos con toda suerte de disfraces. Algunos de definitivo mal gusto. Así que una vez más, reivindico nuestro derecho a molestar utilizando las desnudeces y las vestimentas que nos dé la gana, tacón en ristre o pluma al viento, marcando cuerpos y bailando y disfrutando. Porque para luchar no es necesario ser, como suelen ellos serlo, unos tristes. Decía Emma Goldman, la luchadora anarquista norteamericana, "Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa". ¿Libres para escondernos o para seguir llorando? No, gracias. Libres para salir a la calle cada día y vivir según nuestros deseos, nuestro amor, nuestra responsabilidad. Y sí, libres para una vez al año celebrar nuestra fiesta, nuestro carnaval particular, y gritar nuestras reivindicaciones llenos de purpurina y si se tercia con el trasero al aire. Como los demás.

4. Me siento agradecido por la visibilidad que cada vez con más naturalidad encuentro en cine, televisión, publicidad, literatura. Significa cada vez recordar que existimos, no sólo hacia adentro, no sólo hacia nosotros y nuestros refugios , sino también hacia fuera, hacia una sociedad que no siempre nos ignora o nos prefiere invisibles. Pinilla, Padura o Kirmen Uribe, Skins o Revenge , entre títulos o experiencias recientes, y ese larguísimo etcétera que no se han olvidado de mirarnos.

5. ¿Que no se trata de un día sino de todo el año? Claro. Y eso es lo que hacemos. A pesar de que ese todo el año nos obliga a esfuerzos extraordinarios, a aclarar casi cada día quienes somos, a verbalizar nuestro amor si no queremos caer en equívocos molestos, a recordar cerca de nosotros que somos quien somos y que no nos vamos a avergonzar ni a ocultar por serlo. La salida del armario constante, cada vez que tropezamos con nuevas amistades, compañeros de estudio o trabajo, etc y que nos vuelve a obligar a decir LE quiero. O a sumergirnos en la niebla de la ambigüedad culpable de "mi pareja" o a la oscuridad de la mentira para evitar esas miradas, esos comentarios que sabemos que vendrán después. Y que todavía nos pueden poner en peligro, sobre todo en el ámbito laboral. Claro que luchamos cada día: de traje y corbata el seis de noviembre o el doce de abril. En tanga o en pantalón lésbicomilitar el 28 de junio, si así lo queremos.

6. Joder, qué pesados con lo de que no tenéis Orgullo Heterosexual. ¿Cuándo habéis sufrido discriminación por ser heterosexuales? ¿Cuándo habéis tenido que luchar para conquistar el espacio, cuándo para exigir respeto a vuestras emociones y decisiones? ¿Cuándo vuestra heterosexualidad ha sido sinónimo de humillación, de injuria o de burla? ¿Cuándo por heterosexuales se os ha impedido ejercer vuestros derechos, formar vuestras familias? No me toquéis las narices. Nuestra lucha ha sido dura y larga, ha dejado muchos caídos y muchas vidas truncadas en el camino. Y no somos más hijos de la vergüenza, antónimo imperfecto de orgullo. Así que sí, definitivamente estamos ORGULLOSOS de haber salido de la cárcel y el dolor en que quisieron, quisisteis encerrarnos y reinvindicamos la luz y la existencia. Con la cabeza muy muy alta.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

y que digo yo que los heteros, además, siempre que llega carnavales se disfrazan de "locas de la pluma"...ésto da para una tesis, Regi...porqué será??

BRUNO dijo...

Magnífico tu escrito, si señor.
Lo suscribo, si eso sirve de algo.46 ucatni

BRUNO dijo...

PD: No hace falta siquiera haber vivido mucho para saber que cuando escuchas en una frase "...eso es politiqueo...", te encuentras ante un REACCIONARIO/a de tomo y lomo.
Saludos.

BRUNO dijo...

Un artículo interesante sobre el tema que acabo de leer: http://www.eldiario.es/zonacritica/Orgullo-Ana-Botella_6_151244881.html

Rukaegos dijo...

Ay, Anónimo, me temo que muchos heterocompulsivos de esos sólo pretenden burlarse de los demás dejando asomar a la locaza que llevan dentro ;-) Los caladeros de pesca de las costas de Heterolandia siempre han dado buenos resultados jejeje

Rukaegos dijo...

Bruno, gracias como siempre por seguir el blog y por comentar sus entradas. Y claro que sirve de algo: olvidé una reflexión que a lo mejor incorporo en un nuevo artículo, la de la poca seriedad con la que algunos y algunas contemplan nuestra lucha, siempre listos para firmar, nunca listos para estar presentes o para recordar nuestras fechas fetiches. Parece una obviedad, pero no tanta gente entiende que los derechos de las personas lgtb son derechos humanos, y que su defensa es responsabilidad, por tanto, de todos.

Un abrazo. Y Ruth Toledano, cómo no, grandísima.

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