domingo, octubre 16, 2011

BLOG ACTION DAY 2011: FOOD. LA OPULENCIA Y EL HAMBRE.


De una perversa belleza resulta la fotografía de Sebastiao Salgado que he robado en la red para ilustrar esta entrada con la que como cada año me sumo a la campaña internacional Blog Action Day, y que toma este año como eje central la comida. Bella, porque nos recrea el momento tierno, íntimo, de la madre alimentando al hijo. Perversa porque intuimos que en las madres de tantos lugares poco alimento puede manar de unos pechos secos. Bella porque nos remite a una de las tradiciones iconográficas marianas de Occidente, la de la Virgen de la Leche. Perversa, porque no habla del bien, de los dones, de la vida, sino del dolor y del hambre y de la sombra.

Cuando me llegó la convocatoria del BAD2011 con el lema FOOD como lema son muchas las imágenes que se me vinieron a la cabeza, desde los cálidos sabores de la cocina de casa a las tradiciones alimentarias. Pero un recuerdo poderoso se me abrió camino y me decidió a volver una vez más la mirada del blog hacia la injusticia, un documental multipremiado de Manos Unidas en el que una mujer seca, cubierta de moscas, con los ojos extraviados y sonrisa yerta, acercaba a un bebé atónito, cubierto de moscas, cercano a la muerte, a un pecho que no era sino un odre vacío. Lloré. Con esa impotencia de quien se siente inútil e insuficiente para darle siquiera un poco de equilibrio y de justicia al mundo. Con la culpable mirada de quien vive en un mundo opulento en el que tantas veces la comida se convierte en un capricho, en un despilfarro, en un juego.

En aquellos mismos días del documental, recuerdo haber leído con ira y asombro cómo en la Unión Europea se tiraban literalmente toneladas de leche, de excedentes lácteos, el fruto de una agricultura subvencionada que no iba a servir para nada en una Europa opulenta e inmisericorde que ni siquiera se planteaba que esos excedentes de leche y otros productos agrícolas pudiera servir para paliar alguna situación de emergencia. También por aquellos días, otro nuevo contraste, era noticia el asesinato en Perú de una mujer de los suburbios más pobres de Lima que había dedicado su vida a un único objetivo, que a través de las escuelas primarias fuera posible que cada niño pudiera tomar cada día un vaso de leche, una inyección de vida, de vitaminas, de alimento saludable que le protegiera frente a todos los riesgos que para la salud implica la miseria.

En medio de una crisis cuyo final ni siquiera está previsto, los países del viejo poder económico continúan ensimismados, girando sobre su propio ombligo, incapaces de entender el crecimiento de los monstruos llamados al parecer a sustituirlos en las cimas del despilfarro, incapaces de dejarse interrogar por la miseria de los países que no sufren la crisis porque están demasiado ocupados sufriendo el hambre desde hace demasiado tiempo.

Seguiremos derramando tanques de leche, camiones de fruta, excedentes y competencias. Seguiremos gastando toneladas de carísimos tomates en una única fiesta, acumulando en las neveras comida destinada solamente a terminar en la basura. Seguiremos indiferentes el comercio justo, comprando alimentos de multinacionales manchadas de muerte. Mientras "hambre" seguirá siendo en ese África que se muere cada día sinónimo de "Comida", habitado por madres llenas de un coraje desesperanzado que las empuja a amamantar a sus niños con savia de nada. Soñando con ahogarse un día en ese río de leche que nosotros tiramos.

2 comentarios:

Agata dijo...

La naturaleza da belleza.El hombre la convierte en perversa.
Una foto muy cruel.Yo,que he podido dar de mamar a mis hijos así lo siento.No puedo llegar a saber lo que se siente al no poder dar nada...que te expriman y no salga nada:ni siquiera para tu hijo.
Sí, una foto verdaderamente cruel.

Marga de Quevedo dijo...

Chapeau a tus escritos. LOS DEL ÚLTIMO PÁRRAFO si que son vergonzosos, cada vez que lo veo o leo, me pregunto si a nadie se le ocurre utilizar la comida para lo que debe ser "alimentar" y utilizar otras cosas para presionar a políticos,juegos, o fiestas populares.
No tenemos ni conciencia,ni vergüenza,ni osadía, para cambiar las cosas. Y para colmo ahora nos estamos alimentando de trasgénicos...

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