Como a pesar de las evidencias sigo pensando que sería necesaria otra política, no entiendo a veces los exabruptos y las salidas de tono de quienes lideran los partidos y que aspiran a representar y gobernar, se supone que con la mayor dignidad, a los ciudadanos. Todavía menos cuando proceden de un ego quebrantado por la pérdida del poder, que se empeña en culpar de todo al maestro armero haciendo tabula rasa de una historia que a veces está demasiado fresca, demasiado reciente.
Ni me gustaron ni comparto las declaraciones de mi Secretaria General afirmando que los votantes del PRC son de derechas, porque en mi opinión no se corresponden con la realidad, no con toda la realidad. Y no me bastan para explicar por qué los regionalistas han comenzado a escenificar un segundo bandazo y han tardado tan poco en volver la espalda en la mayor parte de los municipios cántabros a aquellos con los que ayer mantenían tan buenas relaciones.
Pero mucho más allá de las declaraciones con las que cargos socialistas y regionalistas se han arrojado a la cara la pérdida del Gobierno de Cantabria, me parece bastante poco presentable la rabieta de Miguel Ángel Revilla que hoy recogen los medios de la región. Que en resumen viene a decir que son las nefastas gestiones del Gobierno de España las que han provocado la caída del PSOE en Cantabria, que fue un error de principiante anunciar el recorte y paralización de algunas obras públicas por efecto de la crisis en vísperas de las elecciones, que él se sintió estafado por la cuestión del AVE y que ahora toca Madrid para conseguir allí el AVE de las narices y constituir un grupo parlamentario que vele por los intereses de Cantabria.
Pasemos por alto que para que el PRC tuviera grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados le sería necesario obtener los cinco diputados que se ponen en juego en Cantabria. Y que parezca bastante claro que como defensa de los intereses de Cantabria no jugaría nada mal la presidencia o el liderazgo de la oposición para un cántabro llamado Alfredo Pérez Rubalcaba, que eso es para gustos. Pasemos por alto también que a Madrid no se va, no se debería ir, a defender el AVE para Cantabria, sino para trabajar por el interés de todos los españoles y para tomar postura y voto ante todos esos temas que Revilla suele eludir o capear con el frívolo "Yo, lo mejor para Cantabria", sin dar contenido nunca a ese "mejor para Cantabria" ni en Sanidad, ni en políticas sociales, ni en derechos civiles, etc, etc, etc. Aunque no dejará de tener su morbo presenciar, en su caso, esa pérdida de virginidad regionalista, que por fin tendrá que decir a tantas cuestiones importantes Sí/No/Abstención.
Pero no me parece conveniente pasar por alto las graves acusaciones de inutilidad contra José Luis Rodríguez Zapatero y su gobierno, en especial provinientes de quien ayer se decía amigo de Zapatero y suscribía casi punto por punto las decisiones que el Gobierno de España iba adoptando. ¿Tan pronto se le olvidan a Revilla las amistades, tan floja es su palabra? Supongo que cuando se lleva tanto tiempo en el poder, cuando se está tan acostumbrado a transformar la realidad para adaptarla a las propias conveniencias o a las propias ensoñaciones, la explicación es sencilla y breve: "Si Yo Presidente, Todo Bien, Si Yo No Presidente Malo Tú".
No, no me han parecido acertadas las rabietas de nuestro ex Presidente. En primer lugar, porque números cantan en tantas y tantas cuestiones: El Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero es el gobierno que hasta la fecha más ha invertido en Cantabria, en infraestructuras, en políticas sociales (esas que también se ha querido arrogar Revilla hace un par de semanas), y tanto en parámetros globales como en medida per cápita. Y no porque Revilla presumiera de ser el colegui más chupiguay de Zapatero de foro en foro, sino porque realizó una apuesta por una región a la que la derecha había hecho perder ya tantos trenes y en la que encontró responsabilidad y corresponsabilidad para desarrollar las mejores apuestas políticas de su programa, como la Ley de Dependencia, la Igualdad, la Cooperación, etc. Ya, ya, que está la eterna canción-manipulación del AVE. Ese que ayer era irrenunciable para el PP que no quiso antes y no quiere ahora que ya no le sirve como arma arrojadiza, ese que fue órdago fallido y chantaje permanente en manos de un Revilla que a veces parecía no entender argumentos básicos de economía y de eficiencia. Pero es que algunos pensamos, y ya lo hemos venido diciendo, que la obsesión de Revilla por el AVE y el seguidismo absurdo del PP y del PSOE para que no se nos enrabietara más de lo justo el purriego líder carismático, se ha pagado con una comunicación ferroviaria obsoleta, en la que nadie veía necesario invertir, y que hace años podría haber solucionado la comunicación por tren con la meseta con prestaciones muy muy parecidas a las de ese AVE que ya es parte de lo que pudo haber sido y no fue. Incluso de lo que ni siquiera pudo haber sido. Pero es que Revilla confundía su famoso mantra "lo mejor para Cantabria" con un "lo mejor para mi ego: que me den la razón o me enfado".
Sobre todo, porque uno se queda sorprendido cuando Revilla explica que es de inútiles parar obras que no se pueden financiar justo a seis meses de las elecciones. ¿Qué está proponiendo, que el gobierno sostenga una situación absurda y paralice las obras después de las elecciones, estafando a los electores pero eso sí con Revilla en el poder, que a fin y al cabo es lo que le importa? ¿Quiere decir que esa es su técnica, la de engañar y engañar y prometer lo que no ha de venir para que los electores vuelvan a creer en el Ratoncito Pérez? ¿Acaso prefiere no ver que su propio afán de protagonismo, su necesidad de robar hasta los méritos ajenos, ha confundido a los votantes socialistas hasta el punto de creer que las políticas de Educación o de Bienestar Social eran producto del regionalismo con bigotes (bueno, ahora que dice que Cantabria es autónoma gracias a él mismo en su misma mismidad personal imagino que no parará mientes en atribuirse hasta el descubrimiento de la Cueva de Altamira). ¿Está intentando en fin decirnos que es un traidor, que es un cínico, que es un hipócrita o que no se entera de nada?
Me temo que seguiremos teniendo noticias de Revilla en el mismo tono. Y que esas noticias nos permitirán salir de dudas y apostar por una de las soluciones. Al tiempo.
1 comentario:
La historia de esta región pequeña, dividida y poco poblada se ha caracterizado siempre por la figura del cacique.
No es un fenómeno solo de esta pequeña región pero aquí es fundamental para entender muchas cosas.
El pequeño propietario, dueño de alguna finca para abastecer a su pequeña ganadería mientras trabajaba en el taller o fábrica, es sinónimo de conservadurismo.
El Ayuntamiento en manos de unas familias porque desde tiempos del Caudillo supieron crearse una clientela.
Con los nuevos tiempos las Juntas Vecinales y Ayuntamientos se convirtieron en grandes empresas donde colocar a la gente del pueblo. La Diputación siguió en el mismo camino hasta llegar al moderno pero arcaico Gobierno Regional. La Universidad y todas las instituciones que se creaban seguían este ejemplo.
Empresas públicas o privadas que dependen de lo público se convierten en fuente de favores.
Es la historia de Cantabria.
Escisiones estilo Hormaechea y aventureros estilo Revilla que surge, al igual que el resto, del entramado que dejó la dictadura.
¿Quién es el próximo?.
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