martes, julio 05, 2011

LA MIRADA CALIZA A LAS PUERTAS


Casi once años desde la obtención del Premio de Poesía Alegría y de la publicación del original premiado, Noticia de un pequeño reino afortunado, en Sevilla por la editorial Algaida. Once años sin un nuevo libro de poemas en la calle que se romperán por fin mañana, con la puesta de largo de La mirada caliza, dentro de la colección dirigida por Elda Lavín El fondeadero de la osa.

No han sido años de silencio. Por el camino se quedó un inédito muy flojo con algunos poemas dignos, y que tendría que haberse titulado Lisboa blues. Y el encuentro con una nueva perspectiva, un nuevo lenguaje, una nueva poética que muy muy despacio acabó dando forma a La mirada caliza. Algunos poemas han ido apareciendo sueltos, ya terminados o en borradores que acabaron luego muy cambiados; otros poemas sufrieron recortes de circunstancias para que el tiempo no dañara algunas de sus referencias; algunos llegaron a última hora al libro al mismo tiempo que algunos de los que fueron seguros muchos meses se caían de pronto del índice. Todos sin excepción proceden de un trabajo metódico, de una obsesión por pulir y recortar los versos, por atinar con el ritmo y limpiarlo, un sistema de construcción del verso bien diferente de las aproximaciones impresionistas e inmediatas que habían gobernado libros anteriores. Algunos poemas vieron la luz digital en el blog, se refugiaron en antologías cuando ya estaban casi seguros de que su destino sería el cajón de inéditos, sonaron en recitales y encuentros. El libro realizó su propia búsqueda y compareció en diversos certámenes. En todos pasó de los primeros cortes y selecciones, en todos llegó a la fase final, en todos se cayó a la hora de la verdad.

Mucha vida en esos diez años también. Muchos compromisos e ilusiones, muchas decepciones, deserciones y sorpresas. Lander también, y con Lander la tristeza de la ausencia y la necesidad de emboscarse en los poemas del libro. Leo más tarde, doliéndome en la piel todavía, enfriándome el alma y esperando a que sus poemas, que tendrán que llegar, por fin me encuentren sereno como para enfrentarme a su pérdida y afilar las palabras que le canten. Leo, que como no podía ser de otra forma es el destinatario, el dedicatario de La mirada caliza y que será la gran ausencia de mañana.

Cada vez me gustan menos saraos y compromisos, cada vez pongo más distancia con algunas de las vanaglorias literarias locales. Pero me hace ilusión compartir mañana con vosotros, con quienes me importáis, con quienes habéis estado a mi lado en todo ese camino, la que para mí será una pequeña fiesta. Una fiesta llena de gratitud para los amigos de Del Sol St, qué mejor espacio para celebrar el libro, para Ana de la Robla y Alberto Santamaría, que han dedicado su tiempo y su sabiduría para estudiar los poemas, para David que dio imagen al texto y para Elda que ofreció su catálogo, para Bárbara que se vendrá desde Zaragoza expresamente para acompañarme. Para amigos, lectores, alumnos, para los libros y los recuerdos, para Glenda y su serena constancia. Para quienes estáis al otro lado del blog y del Facebook abriendo puertas. Una fiesta llena de palabras que terminará con unas copas, y otras más, hasta que el cuerpo aguante.

Os espero.

2 comentarios:

Antonio Fernández Munárriz dijo...

Allí estaré.

Agata dijo...

Físicamente no podía estar por la distancia geográfica.Llevo una semana liada a más no poder.Me alegro de todo lo bueno que te pasa.
Un beso enorme...no te faltará gente que te arrope mañana.

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Un Santander Posilbe by Regino Mateo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
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