viernes, julio 15, 2011

GAVIOTAS ASESINAS


No siento simpatía alguna por las palomas, no son animales que ofrezcan más allá del mito otra cosa que violencia y suciedad. Pero andan las gaviotas tan revueltas (las de la mar océana, no las del tsunami azul) que empezamos a acostumbrarnos a imágenes dantescas que nos dejan cada día por la calle.

Sí, ya sé que se trata de la selección natural, y que como todo dolor animal ponen en cuestión la presencia de un hacedor tan proclive a dejar sufrir a tantas criaturas inocentes.

Fue primero un pequeño gorrión, caído del nido antes de tiempo y ya condenado a muerte sobre el césped del Parque de Jado. A duras penas pude contener las ansias cazadoras de Gin para regresar a casa con cierta impotente frustración.

Poco más tarde, cuando me acercaba a leer mis poemas a la Universidad Internacional, al lado de casa me encontré con la imagen de la foto. Una paloma muerta y dos moribundas con severas heridas en el cuello y un rastro de sangre por el suelo junto a un revoltijo de plumas arrancadas por alguna gaviota voraz unos minutos antes.

No sé si le estarán sirviendo las reidoras al ayuntamiento para controlar la población de palomas pero ... ¿quién nos va a librar de sus afilados picos? Empiezo a tener pesadillas en las que me encierro en una cabina de teléfonos como si fuera Tippi Hedren en Los Pájaros de Hitchcock.

3 comentarios:

Antonio Fernández Munárriz dijo...

En fechas acaloradas de estío las ratas voladoras (palomas de la paz y del espíritu santo) hacen su Agosto particular de cucuruchos de helado y restos de bocadillos, a las puertas de unas playas desinhibidas y atestadas de clientes del sol.

Las palomas son las privilegiadas. Las ratas están desprestigiadas.

Alfonso Saborido dijo...

Yo trabajo en el Puerto de Santa María, a la orilla del mar. Todos los días veo a gaviotas atacar a conejos, vamos que los matan. Son depredadores. El otro día había un conejo atropellado pero vivo, y se lo estaban comiendo vivo, animalito. Las gaviotas y las urracas, también.
Y donde trabajo anidan gaviotas, los trabajadores tienen que ir con casco porque les atacan a la cabeza.

Agata dijo...

Los animales son los primeros que se vuelven locos y que intuyen que algo malo pasa. Cosa que me da un miedo enorme.

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