domingo, julio 03, 2011

DONOSTIA, ZORIONAK!


Como no puede ser de otra manera en este país cainita e ineficiente, por vez primera en toda la historia de la Capitalidad Europea de la Cultura, se cuestiona la decisión del jurado de expertos y se pide a voz brava la repetición de las votaciones. Porque, dicen, la política nada tiene que ver con la cultura y la decisión se habría basado, según los discordantes, en términos políticos e inadmisibles como ese de tres letras llamado PAZ.

Me temo que bastaría la afirmación de que nada relaciona cultura y política para descartar proyectos encabezados por políticos capaces de proferir semejante memez y quedarse tan panchos. Porque la cultura tiene que ver con la política lo mismo que todas y cada una de las demás parcelas de nuestra vida pública y privada. O acaso no es política la propia propuesta de la candidatura, ad maiorem gloriam del taifa local correspondiente. O las propias declaraciones desabridas de quienes no han sabido proponer el mejor proyecto al culpar de su decepción no a las debilidades propias sino a las intrigas ajenas. Que para más inri se nos diga que no casan cultura y paz incide en el desafuero. Ahora sólo falta que Belloch pida la disolución internacional de las Juventudes Musicales fundadas por Pau Casals o declare orquesta non grata en tierras mañas a la de jóvenes judíos y palestinos animada por Baremboin y Said para que la música sea la primera gran lección de convivencia.

La decisión del jurado, según las bases, ha de contemplar un proyecto en el que entre otras cosas se estimule la participación de los ciudadanos de la ciudad y de su entorno, se atraiga la atención de los ciudadanos europeos, sea sostenible en el tiempo y se integre en el desarrollo social y cultural de la urbe. Además claro de la excelencia artística y la viabilidad del proyecto y de su capacidad para tejer redes europeas. Y en este sentido, el histórico de la Capitalidad Cultural lleva años demostrando que sí se tienen en consideración los factores sociales, que se tiene muy en cuenta la capacidad transformadora de la ciudad. Y no parece nada chocante que en la decisión presente se afirme que la cultura pueda ser un elemento importante para la construcción de la convivencia y para la deseada paz. Y así sería aunque no lo hubieran hecho constar por escrito o ni siquiera lo hubieran tenido en cuenta.

San Sebastián presentó un gran proyecto. Un proyecto que responde a la historia, a las particularidades y la identidad del territorio, a la apuesta a lo largo de muchos y muchos años por la alta cultura sin olvidar nunca ni la formación ni la extensión de la cultura hacia todos los sectores sociales. Pero sobre todo una apuesta de futuro en la que crece la voluntad de escapar de unos tiempos oscuros y de ganar el futuro como ciudad de cultura, de encuentro, de convivencia.

Sin duda todas las participantes pusieron toda su ilusión y toda su fuerza. De entre la larguísima nómina inicial, algunas se fueron agotando en el esfuerzo o comprobando que superaba sus posibilidades, otras tal vez se fiaron demasiado de su propia mirada al ombligo, otras improvisaron un poco, o se equivocaron en los proyectos. De las finalistas, a lo mejor se trata sólo de que nada más puede haber una capital por país. O de que su poder de convicción y de fascinación fue menor, o de que erraron en alguno de los planteaminetos del proyecto. Pero un jurado independiente y prestigioso eligió a Donostia como Capital Europea de la Cultura para el 2016. En reconocimiento a una apuesta y una voluntad firmes que fueron armonizadas desde la corporación saliente, la presidida por el socialista Odón Elorza, por mucho que ahora interese atribuir la decisión a una especie de conspiración internacional a favor de BILDU. Y lo que corresponde al resto de las candidatas es lamerse discretamente las heridas y felicitar a la vencedora en buena lid.

Exabruptos desafortunados como los de Belloch (Zaragoza) y los de Rosa Aguilar o Carmen Calvo (Córdoba) deberían no haber sido nunca realidad. Y creo que si fueran personas de bien deberían estar pidiendo públicas disculpas a Donostia y a los donostiarras.

Como fuere, ojalá que el desarrollo cultural en San Sebastián sea, en efecto, motor de futuro, de cambio, de paz y de arte. Ojalá que nadie desvirtúe el espíritu y la calidad del proyecto ganador. Y ojalá que una parte del flujo de visitantes interesados en la cultura puedan extender su atención hasta Santander, algo posible y deseable si esta ciudad dormida se atreve a proponer un contrapunto o un complemento a lo que se festeje desde Guipúzcoa. Pero sobre todo, ojalá que seamos todos capaces de exclamar con alegría sincera las únicas palabras que hoy corresponden:

ENHORABUENA, DONOSTIA. DONOSTIA, ZORIONAK!


1 comentario:

Antonio Fernández Munárriz dijo...

Lo de Rosa Aguilar, miembro del gobierno, mostrándose dolida y enfadada; lanzando exabruptos contra San Sebastián responde a un sentir de cierta gente contra todo lo que suena a vasco.

La ortodoxia del devenir político de España es buscar enemigos imaginarios. Ahora una ciudad conocida por su festival de cine y jazz a nivel internacional es víctima de la tropelía vergonzante de ciertos políticos y un sector sectario de la población.

Personas que se crecen en un cargo, que por su afán de crearse simpatías para medrar y seguir viviendo de la política pasan de comunistas a cualquier cosa que les dé un hueco en una institución pública.

La ética de la supervivencia da estos ejemplos.

Licencia de Creative Commons
Un Santander Posilbe by Regino Mateo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at unsantanderposible.blogspot.com.