Ha sido este un largo tiempo de silencio. Un tiempo sin siquiera pasarme por este blog que tan importante ha sido en mi vida y que tanto me ayudó durante el otoño pasado, que fue ilusión y pasión de cambio y que poco a poco fue tornándose un poco caótico, como yo. Como un espejo del Callejón del Gato, deformando y exagerando las paranoias de su autor.
Ha sido un tiempo de mucho trabajo, en el que he tenido que pensar, leer y escribir mucho y terminaba por la noche un poco fuera de juego. Un tiempo comido en gran parte por la obligación de pasar muchos minutos en la calle para aplacar la furia cachorra de Gin. Un tiempo de desconciertos, reflexiones, cabreos y decepciones, entre quinces de mayo, campañas electorales, votaciones y resacas post-electorales. Con nuevas aventuras, como twitter, y viejos resabios como el dolor solitario que se me enquistó en el alma y que parece que llegó para quedarse.
Claro que sigo con la necesidad de abrir este canal de comunicación de nuevo, y creo que hoy por fin tocaba ya, aunque sea con una labor de apaño para explicar un cambio de nombre necesario. Y es que me parece que el blog había ya dejado de preocuparse gran cosa por Santander, supongo que al mismo ritmo en el que lo que un día vi como posible se ha ido convirtiendo en pura quimera. Y tal vez el nombre que hoy he incorporado, a modo de prueba, responda mejor al propio desorden que hay en mi casa, en mi cabeza y en mi vida, y que se refleja en las extrañas acumulaciones de temas sin relación alguna que se iban formando en el blog. Un homenaje a la eterna tristeza y la peculiar poesía de Antonio Vega, pero un guiño también a mis propios espacios, llenos de un desorden loco que nunca supe y creo que nunca sabré despejar.
A partir de mañana, con vosotros, espero que recuperando el pulso y la regularidad pronto, el viejo Santander Posible caduca, para dejar camino libre a una nueva etapa escrita Desde Una Habitación Desordenada.
14 comentarios:
Siempre son bienvenidas las nuevas ideas.
Me gusta el título, pero ten cuidado, hay personas que entran en los sitios y ordenan las cosas a su manera sin pedir permiso jj ¿Nunca te pasó?
Un abrazo.
de habitación a habitación ;) ... rebienvenido! :D
Cambio de aires para seguir en la línea de la reflexión, el dialogo y en definitiva; seguir contando cosas.
El color de las paredes cambia pero la habitación continua.
Los esteticistas, todos los lectores donde me incluyo, lo valoramos.
Nunca viene mal un cambio, y bueno, el desorden tampoco tiene por qué ser malo, yo soy bastante caótica pero sé donde tengo cada cosa...todo caos tiene su propio orden.
No diré bienvenido porque no corresponden, así que disfruta con el cambio.
Ojú qué alegría....
Gracias por tu regreso.
Ah¡por cierto,siempre he creído que es mejor un desorden ordenado que un orden desordenado.
un abrazo
Ufff, un alegrón matinal. Que ya estaba harta de desayunar sola. Me gusta el título y el comentario de Alfonso sobre "las personas que entran a los sitios y ordenan las cosas a su manera sin pedir permiso."
Te queremos con tu desorden y tu lucidez.
Mientras sigas escribiendo y contando cosas, el nombre es lo de menos...
¡Ánimo!
Pues tendrás la habitación desordenada,pero la cabeza la tienes muy bien amueblada y sobre todo limpia,igual que el alma
Encantado de volver a leerte. Te echaba en falta.
Y es que claro, con desorden o sin él, cómo iba yo a sobrevivir sin vosotros :) Gracias por estar al otro lado ... y a éste :)
Pues si eres tu quien ha decidido cambiar el nombre, los demás lo aceptamos con tu misma satisfacción. Lo importante es que sigues ahí y nosotros también seguimos para leerte.
Y además ya sabes que a partir de nueva Era Serniana, Santander solo se podrá escribir con mayúsculas, ¿qué le habrán hecho a este hombre la minúsculas? Y siendo sinceros y como anda el patio regionalmunicipal es mejor reclamar el caos y si mi apuran no salir de la habitación. Así que todas mis bendiciones para el nuevo nombre.
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