No han sido estos últimos meses un camino dulce. La necesidad de espacios para la reflexión, para la tristeza, para definir nuevos objetivos personales, nuevas necesidades, nuevas esperanzas ... tiempo para lamer las heridas, ha provocado muchos tiempos muertos, fruto de un desconcierto que todavía alienta.
Y sin embargo ... el reino del verano me ha otorgado momentos llenos de magia. Esos que convierten el instante en seguridad, que provocan emociones intensas. Pequeños oasis que vuelven tu mirada hacia la hermosura del mundo y de las personas. Y que tal vez estos días hayan sido más fuertes por mi propia necesidad de romper.
Saramago en Santillana, hablando del hombre, de la furia por la igualdad, del compromiso con las palabras, precedido por la dulzura infinita y lúcida de Laura Restrepo. Y el posterior paseo por Santillana con Laura y Santiago Roncagliolo.
Los Martes Literarios de la UIMP, y con ellos la posibilidad de compartir tiempos, espacios y palabras con Ramiro Pinilla, aún más fuerte y sabio que sus novelas.
Glenda y las gatas y ese sexto sentido de los animales que las han convertido en sombras permanentes de ternura.
Jacqueline Dupré, Barenboim y las Sonatas para violoncello y piano de Beethoven, que volvieron a darme la música cuando pensé que después de tanta zafiedad y tanto aburrimiento no era posible ya hacer de los sonidos emociones.
Las formas avasalladoras y tremendas de Anselm Kiefer en el Guggemheim. Y la fuerza hipnótica de sus Mujeres de la Revolución, sus constelaciones, su Jerarquía de los ángeles, sus Flores de ceniza, sus paisajes desolados sobre las palabras desoladas de Celan cayendo como golpes brutales en el alma.
Un nuevo tiempo para ARTESLES y con él el encuentro con los amigos y las ideas. Gracias, Fernando y Javi, Fernando y María, Jorge. Por vuestra lucidez, vuestra cercanía y vuestro trabajo. José Miguel, por la música. Susana y Carlos, por ser genios humanos e irrepetibles, y por hacerme reir. A todos los artistas, por hacer de la belleza pan cotidiano.
Y libros, músicas, amigos, soledades, paisajes y silencios. Que estábais o llegásteis cuando necesitaba de vosotros. Y Jeff Buckley, que mucho después de su muerte sigue rompiéndome y espero que os aporte algo de serenidad y belleza a vosotros en esa lectura perfecta del Hallellujah de Leonard Cohen.
4 comentarios:
Un pequeño beso, por si sirviera de algo...
Gracias por el beso ... lo sumaré a los momentos bellos de este verano. Pero no me entiendas mal: ha sido un tiempo de reflexión, instrospección y algunas decisiones, difíciles, pero que ya están tomadas.
Un besazo para ti.
Regino, yo también te envío un beso, pero por encima de todo te doy las gracias en nombre de todo el equipo de Artesles por la parte que te toca, que es muy importante. No te imaginas todo lo que nos sorprenden gratamente tus introducciones a los conciertos (como también el del día de la inauguración) al público y a nosotros. Estamos muy orgullosos de que formes parte de nuestro equipo, Regino. Gracias, a ti. Fernando ZP.
¡Albricias!
El tiempo empieza a dar sus frutos y el autor de este texto no parece el mismo que quería cerrar el blog hace casi tres meses.
Hoy, además de felicitarme por tu nuevo espíritu, quiero corresponder a la suscripción que hizo Fernando Zamanillo a mi comentario de entonces suscribiendo, a mi vez el suyo de ahora.
Mi ausencia de estas tierras y otras obligaciones sólo me ha permitido acudir a dos conciertos, los de Clarino Consort Vocal y Ars Combinatoria. Sólo puedo decir dos cosas: ¡Enhorabuena y Gracias!
Por favor que alguien convenza a Ana para que nos devuelva su ojo izquierdo.
Publicar un comentario