Este señor de rojo con pasión por las batas de cola me ha invitado hoy de mañanuca a salir de mi letargo bloguero para proponer una nueva candidatura a la selecta nómina de la ONG Imbéciles sin Fronteras, en la que tienen asiento de honor con terciopelo arco-iris y ribete rosa las perlas incesantes de la incontinencia homófoba.
No es que sea el primero en culpar a los mariquitusos de todos los males del universo, y por desgracia no va a ser el último, pero su referencia a la conquista del Imperio Gay me ha resultado, ya imagináis ustedes vosotros, especialmente simpaticorra. Vuelve a la matraca habitual, la familia cristiana está en peligro por culpa de ciertos dirigentes políticos, ciertas ideologías feministas y el Imperio Gay. Que se lo contó a él Darth Vader disfrazado de Lady Gaga el otro día en el Mogambo. Oye, que puesto que los ciertos dirigentes tienen la culpa de todo y de más, pues no le vamos a quitar razones a don Antonio, y hasta me parece que de su encendida homilía en defensa de la familia-según-él hay que destacar con reverencia y agradecimiento que haya hablado de feministas y no de feminazis, y ni siquiera haya utilizado, siempre según la prensa, que credibilidad tiene la que tiene, el palabro hembrismo que, siempre según Twitter, anda pensando la Real Academia de la Neolengua en incorporar al diccionario.
Y es que vivimos en un sinvivir de inmoralidad, que ya lo dijo su colega, el hermano feo de Paco Clavel: "Madrid peca masivamente". Y por eso somos líderes, por fin líderes en algo, ay, en baja natalidad, en políticas familiares, en incremento del número de abortos, en las rupturas matrimoniales y en las uniones de hecho (imagino que se refiere a todos los tipos de matrimonio que no le gustan, así que tan malo es para Cañizares desunirse como unirse y olé).
Donde si le veo pelín exagerado es en su entrecomillado sobre la ideología de género, en la que dice ver "la más insidiosa que ha habido en toda la historia de la humanidad". Un poco de por favor, Monse, que me parece a mí que comparada a Adolf Hitler y su troupe, a Stalin, a Atatürk, a varios genocidas de bolsillo más e incluso a los extremismos religiosos tipo Daesh-Isis o la Santa Inquisición, sin ir más lejos, la malvadoperversa ideología de género se queda en un juego de niñas con su Ken Arzobispo.
Reconozco, eso sí, que lo del Imperio Gay mola mazo. Me veo yo desfilando al son de la Marcha Imperial Gay (gracias, Nacho Paredero por tan grande aportación), el I will survive, el A quién le importa o el Born this way, mismamente, por las calles de la Galaxia Santander reclutando a mocetones berbes o imberbes según los gustos y la tarde, inocentes ellos, para sacar La Fuerza (ya están pensando lo que yo pienso que piensan, eh, cochinorros) y revelarles la Nueva Verdad. Convirtiéndolos así en imitadores de Isabel Pantoja, incorporando tacones y bolsos a su look chándal, y sobre todo haciendo de sus partes un mero juguete sin función católico-reproductiva que valga. El Apocalipsis viste de Prada.
Les dejo, que me toca mañana de apostolado. Hay un camarero por ahí la mar de turgente que tiene que ser conquistado para La Fuerza sí o sí y hoy mejor que mañana.
1 comentario:
Hasta cuando.....
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