Andaba yo trajinándome el pan mío de cada día en mi habitual puesto de trabajo cuando hizo su aparición por mis dominios un extraño personaje. Tan lenguaraz como Logorrea y tan trompeta de la muerte como las Parcas de Autobús, línea cinco, personajes todos que conocen bien los lectores de este su blog. Irrumpió, pues, en mis territorios diciendo …
"Hola buenos días, soy esculapio y tengo 83 años, pero no los aparento. ¿A que nunca diría usted que tengo 83 años?"
Sorprendiome y hasta divirtiome tamaña muestra de coquetería en un hombre, hombrecito más bien, del Señor. A pesar de que mi neurona en subconsciente activo decía, malévola y canalla, "En efecto, no aparenta usted 83 sino más bien 183". Fue ahí cuando me di cuenta de que sin quererlo ni esperarlo estaba bloqueando la única puerta una de las criaturas más temidas del barrio, El Escolapio Zombi, por nombre común Zombilapio.
Tomé asiento, ofrecile, galante, asiento (¡craso error, por san José de Calasanz!) y me aferré a la silla para no desplomarme víctima de alguna subespecie de vértigo o pánico mientras el Zombilapio daba inicio a su perorata, que transcribo más o menos tal cual.
"Es que ya sabe usted que Freud era materialista, racionalista y científico, que yo tengo muy pero que muy leído a Freud (atención, digresión, "¿Pero Freud no era herejía y desviación?") y como se queda ahí, pues él sabía que de abajo viene la vida (gesto de mano que surge de la tiniebla y asciende hacia la luz o mano-Caroline) y que la vida es comer y reproducirse. Pero si la vida fuera o fuese sólo comer y reproducirse pues nunca tendríamos bastante ni nos saciaríamos y yo necesitaría por lo menos por lo menos cinco mil mujeres (atención, digresión, "Menos lobos, Caperucito") y por eso la mente que es el espíritu que es el alma, que ya se estará preguntando usted de dónde viene el alma, pero es que yo no he venido aquí como sacerdote ni como creyente, por cierto ¿es usted creyente?, bueno ya me imagino que mucho no, porque el mal de Europa es que todo el mundo es mucho no, y así nos luce el pelo, aunque a usted no le luzca tanto, qué quiere que le diga. Pues eso, que el alma y el espíritu (gesto de mano de arriba hacia abajo enroscando un tapón hasta encontrarse con la mano de la vida, la que va de abajo arriba) le dice ¡NO! mujeres sólo una. Y claro entre la vida que quiere cinco mil mujeres y la mente que dice sólo una hay un choque que provoca la tensión que a su vez provoca la ansiedad que a su vez provoca las enfermedades psicosomáticas y obliga al cerebro a la isquemia. Y claro, entonces aparece el cáncer".
Durante el breve instante que precisa el Zombilapio para tomar aliento, digo, falsamente interesado y definitivamente amable, maldiciendo la exquisita educación que me indujeron freudianamente mis padres y mi viejo y querido Colegio Antares:
"Ahá, ahá"
"No le veo yo muy convencido, oiga, porque ¿estudió usted en los esculapios? tiene cara de haber estudiado en los escolapios, pero ya sé que esto a veces no está claro, porque se lo digo a los médicos y claro, como ellos ya tienen su vida hecha y su chiringuito montado pues me dicen que no, que no lo ven claro, y también me lo dice un profesor de aquí, del colegio, de los escolapios, que es prisionero del razonamiento, que tampoco lo ve, así que claro, como la vida (gesto de abajo arriba) se impone y la mente trata de controlarla (rosca de arriba abajo) pues el caso es que ayer tuvieron que operarle de un paralís que le había dado entre el anular y el corazón de la mano izquierda, cuando todo se podía haber solucionado de una forma mucho más fácil. Sí señor, porque si el problema es que las enfermedades son todas psicosomáticas, que yo nunca estuve enfermo del cuerpo pero si del psicosomatismo ese, que estuve paralítico cuando se murió mi padre pero ahora ando (atención, digresión "¡Milagro, milagro!") y siempre me he curado porque con la mente uno puede. Así que viene la vida (abajo arriba) , pero la mente la aturde (arriba abajo) y viene la ansiedad y de la ansiedad el cáncer. Y la mente vuelve, controla a la vida, controla la ansiedad y el cáncer va y se cura. Porque Freud, que era racionalista, sólo ve que la vida sube (abajo arriba) pero no sabe qué hacer con la mente (arriba abajo) porque claro, no es capaz de preguntarse qué pasa con la vida, de dónde viene la vida, porque sabemos que te comes un garbanzo o una chuleta y en tres horas ya es parte de nuestra carne pero …¿quién permite que el garbanzo y la chuleta sean la vida? (abajo arriba) ¡Dios! Pero yo no he venido a hablarle de Dios, ¿cree usted en Dios?, es que ahora hay gente que no cree en Dios, y claro, entonces acaba en el hospital con paralís entre el índice y el corazón (atención, digresión, miro el reloj, lleva una hora disparatando "¿Te callarás alguna vez, maldito?") que vaya usted a saber cómo le queda la mano después de la operación. Pero yo me curé solo, que no podía andar y ahora ando (atención, digresión "anda y habla, vaya que si habla").
"Ahá, ahá"
"Así que lo que le propongo, porque dirá usted a qué viene aquí este cura loco (atención , digresión "En lo de loco ha acertado, en lo demás no, no señor, no me digo nada ni me interesa nada y cállese por el amor de Calasanz") y es porque quiero saber si usted me puede encontrar cinco personas, o seis, para explicarles que la vida (abajo arriba) es controlada por la mente (arriba abajo, siempre en rosca) y por eso está la ansiedad , que yo para satisfacer la vida que es comer y reproducirse necesitaría cincuenta mujeres (atención, digresión, "¿pero hace un rato no necesitaba usted cinco mil? ¿no será que lo que necesita usted ahora es un colocón de viagra?") pero la mente dice que una y yo entones me caso pero me busco otras cinco (atención, digresión, "cada vez menos, eh pillín") pero no quiero que la una se entere de las cinco y entonces mis neuronas me dicen que lo oculte y que mienta (atención, digresión, "las mías ya no dicen nada, se han autodestruido hace tres cuartos de hora") y eso también produce ansiedad y por lo tanto cáncer. Pues eso, que yo puedo enseñar estas grandes verdades a cinco personas, y así ellas podrán enseñar a la gente a curarse el cáncer y hasta el dolor de espalda, porque aquí tengo un libro sobre cómo curar el dolor de espalda y las infecciones de trigémino, y ellos enseñan a más gente, pero ellos cobran, y así pueden ganar, mire mire, que tengo hechas las cuentas, pues hasta veinte mil euros al mes, o hasta más, y así ellos enseñan a mucha gente y esa mucha gente en su casa enseña a mucha otra gente y gana también veinte mil euros y así y así y así hasta que se acabe el paro en España, porque así es como de verdad se puede acabar, que yo lo tengo clarísimo, porque esto es como los sentidos, que son cinco ordenadores que tenemos, porque yo veo un cuadro y lo proceso y luego me acuerdo de un árbol y de un paisaje , o escucho sonidos y me acuerdo de una canción y luego la canto por ejemplo Cara-al-sol-con-la-camisa-nuevaaaaaaa (atención,digresión, "no tiene usted gusto ni nada para recordar canciones, jodío zombi, me tiene que saltar con el cara al sol, yo lo matoooo"). Y entonces pues eso, que me busca cinco personas y acabamos con el cáncer, y con el dolor de espalda, y con la gripe aviar, y con la ansiedad esa que produce que la mente (arriba abajo en rosca) trate de controlar la vida que es comer y reproducirse (abajo arriba), pero no la puede controlar del todo y por eso nace la concupiscencia ¡LA CONCUPISCENCIA! AHHH, pero la concupiscencia es mala porque lo de arriba viene de Dios aunque yo no he venido a hablarle de Dios y lo de abajo viene del Demonio y es malo malísimo malo y … "
Hora y media después estoy aquí, en la cafetería de al lado, tomando una tila, tres trankimazines y esperando a mi camello habitual para que me traiga de todo. No quiero volver a mi trabajo. El Zombilapio sigue allí, y habla, y habla, y habla, y grita ¡Concupiscenciaaaaaa! y se emociona y hace gestos. De abajo arriba y de arriba abajo (en rosca). Tengo miedo.
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