Se encuentra la Filmoteca Regional de Cantabria desarrollando un ciclo en homenaje al cántabro Jesús Garay, un ciclo en el que se revisa la mayor parte de su filmografía y en el que los primeras carteles anunciaban para el jueves 20 la proyección de Manderley, presentada en su día como "Una tragicomedia gay de Jesús Garay" y protagonizada entre otros por el mítico Ocaña.
Apuntada en la agenda (era yo muy chico cuando se estrenó, era más que improbable que una película del entorno underground llegara a Reinosa y además, si la memoria no me falla, recibió aquella peculiar clasificación "S") caigo en la cuenta durante uno de los paseos caninos que con frecuencia me llevan a recorrer la calle Bonifaz de que al renovarse la cartelería de la Filmoteca ha desaparecido como por arte de ensalmo "Manderley". Me choca, porque ni siquiera aparece el título corregido y enmendado, Simplemente, parece que no llegó a la imprenta. Empiezo a pensar que tal vez haya sufrido alucinaciones cuando en el mismo paseo recuerdo que unos meses antes me ocurrió lo mismo con la triunfadora de Cannes La vida de Adèle y todavía un poco más atrás con la británica Weekend , cuyo cartel ocupó todo un mes el espacio publicitario de la institución cultural. El mismo caso en ambas, aparecieron en el avance del mes siguiente con las fechas del pase detalladas y ambas desaparecieron misteriosamente cuando ese avance daba paso al cartel con el programa definitivo. Como esto es Santander y nos conocemos casi todos, expresada mi perplejidad en un grupo de conocidos alguien recuerda que me falta en la lista otro título de idéntica aventura: Una habitación en Roma.
Claro, todo el que haya tenido en sus manos la responsabilidad de programar un ciclo cultural cualquiera sabe que hay riesgo de que de tanto en tanto algunas circunstancias no previstas provoquen una cancelación u obliguen a una sustitución. De hecho, ha habido más bajas, en general aplazadas que no suprimidas, entre las películas anunciadas. Pero no deja de llamar la atención una coincidencia entre los cuatro títulos mencionados: las cuatro películas centran su argumento en las relaciones gays o lésbicas (dos y dos) y en las cuatro aparecen escenas de sexo más o menos explícito.
Dado que considero fuera de toda sospecha a la Filmoteca, que ya ha mostrado en público su decisión de exhibir estos títulos me pregunto : ¿Habrá un extraño virus en las distribuidoras cinematográficas que deteriore todas las copias disponibles de las películas con ambas características, temática lgtb + sexo explícito, o simplemente las afectadas por la primera parte del binomio? ¿No será más bien que el peligroso virus de la lgtbfobia ha infectado las neuronas de nuestras autoridades culturales?
Y es que tal vez no sea demasiado arriesgado recordar que de los mantras que definen la ideología del Partido Popular, liberal-conservadores inspirados en el humanismo cristiano, poco vemos en la sucursal cántabra ni del adjetivo liberal ni de lo que podría vincularles con las democracias cristianas europeas, escindidos sus miembros más señeros entre los posibilistas sin ideología alguna y los conservadores tirando a rancios y ultras. Es más, si esas señas de identidad son generales en el gobierno de Ignacio Diego, se acentúan en la cúpula responsable de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte.
Porque dos veces es casualidad, tres pista, cuatro un patrón claro como para pensar que algunos temas resultan escandalosos para las pías jerarquías culturales de Cantabria y que se ha decidido ejercer férrea censura. En concreto sobre dos grandes cuestiones: homosexualidad y aborto.
Pero claro, seguro que ustedes más bien van a pensar que yo soy un poco paranoico, y que no es para tanto, y que habrá explicaciones evidentes que a mí se me escapan o rechazo por mi propia perversidad esencial. O que, en fin, las casualidades son casualidades.
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