martes, julio 24, 2007


SOBREDIÓCESIS DE ESCUPEFACIENTES


Visitando Artesantander el pasado fin de semana, eché de menos una performance, ya sabéis, uno de esos montajes de "arte en acción" a los que empiezan a tenernos acostumbrados las vociferantes huestes de nuestro particular ejército de salvación. Ya lo dice la Conferencia Episcopal, cuando tiene ocasión que es casi siempre y cuando tiene difusión que es siempre, que en Madrid se peca masivamente, que España persigue a los católicos, que los culpables de la pederastica clerical homo, hetero o ambidiestra la tiene la prensa (supongo que no se atreven a decir que esos lascivos e insinuantes monaguillos y esas malvadas lolitas que van a confesarse sin recatar sus diabólicos encantos). Y antes de que los pobres toros de la salvajada nacional, también llamada fiesta, sean sustituidos por angélicos cristianos, han decidido entrar en Cruzada (Amén). Contando, claro está, con la sacrosanta ayuda de las Ondas Populares (Amén) y un Partido Popular entre cuyos peores servicios a la democracia ha sido la de despertar al fantasma del inquisidor que toda esta recua de heraldos negros lleva dentro (Amén).

Como lo de la cultura les trae al pairo, ninguno de sus guardianes de la ortodoxia ha sido capaz de darse cuenta de que algunas de las piezas expuestas en Artesantander suponían blasfemia, herejía, ¡oh anatema! (Una de ellas por cierto más bien malísima, la otra sugerente, bella y provocadora, como debe ser el arte). Asi que nos hemos librado de entrar en el Palacio de Exposiciones de Santander rodeados por cánticos, velas, inciensos, lapos, jaculatorias, insultos y fauces tratando de conjurar con magia blanca el poder incansable del Maligno.

Menos suerte tuvo Leo Bassi el pasado invierno, ya precedido por el escándalo propio en tierras castellanas (bomba en Madrid, prohibición en Toledo) y por otros ajenos (al parecer las chorradas que larga Lucía Etxebarria en un curso de escritura son un problema de seguridad nacional, sobre todo cuando las ondas populares escuchan algún comentario de los alumnos en algún cafe universitario).

Y menos suerte tuvo Maurice Bejart en Granada, el siempre magnífico Bèjart, quien osó coreografiar un Pas de Deux cargado de fuerza, símbolos místicos y puertas abiertas para traducir al lenguaje del cuerpo la espiritualidad arrebatada de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Y allá que se fueron las católicas huestes granaínas (a las que no parece mal que su arzobispo haya sido condenado por mobbing a un sacerdote, o que se gaste las perras de la archidiócesis no en amor caritativo sino en fletar autobuses para clamar en Madrid que la familia -la de toda la vida- importa) para pitar, gritar, abuchear e interrumpir, para impedir el derecho de los ciudadanos que querían disfrutar de una velada de danza de primera magnitud y necesitaban también silencio, recogimiento, respeto. Y ya que estaban allí, y ya que el malvado Bèjart ponía en escena también su celebérrima lectura del Bolero de Ravel en la versión bailarines masculinos, aprovecharon para gritar como cenutrios "Maricones, qué mariconada es ésta, dónde están las chicas".

Porque hay que ser malo. Además de blasfemar contra los santos carmelitas, Bèjart les privaba de su privilegio de machos ibéricos de ereccionar con la visión, siempre turbadora, de los muslos de las vicetiples (no creo que los aulladores distingan muy bien la danza contemporánea del Teatro Chino de Manolita Chen).

Y mientras, continúan acaparando espacio informativo. Que si Hernandezski y Fernandezski, los católicos próceres polacos, se negarán a aplicar la Convención Europea de Derechos Humanos en su país. Que si la Educación Para la Ciudadanía osa pedir respeto para todos y eso es lavar el cerebro. Que si un indignado y catolicísimo juez marciano (murciano, perdón) niega la potestad sobre sus hijos a una lesbiana, porque eso es equivalente a ser drogodependiente, prostituta o miembro de una secta satánica (Ay, cómo añoro a Montesquieu).

¿Tardarán mucho en volver a sus cuevas (del Sacromonte) o empuñarán de nuevo las espadas para cercenar cabezas de infieles? Cada día dan más miedo. Dios nos coja confesados. Amén.

Post Data: aquí tienen desde el mágico Youtube el Bolero. Un homenaje imprescindible al sentido común. A la belleza. Al respeto. A Maurice Bèjart.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

BRAVO, BRAVO, BRAVO.Paco V

Anónimo dijo...

Como siempre muy grande, Regi.
Eso sip, te prodigas poco, y en eso, los que más sufrimos, somos tus lectores.

Rukaegos dijo...

Gracias a los dos :)

Prometo recuperar un ritmo un poco más dinámico de nuevo, entre otras cosas porque habrá que hablar de Educación para la ciudadanía, los cerditos polacos, los rebuznos judiciales y otras cosas en entrada propia, ¿no os parece?
Y algo habrá que contar de las buenas cosillas del verano, que haberlas, haylas.

Anónimo dijo...

Bueno, aparte de lo bueno del contenido, un 10 absoluto para el título: sencillamente genial.

Rukaegos dijo...

gracias preciosa:

jajaja, como sigáis diciéndome esas cosas voy a tener que escribir más a menudo.

Entre otras cosas porque Fray José y su Frente Islámico de Salvación atacan de nuevo (ouuuuuuuuu, enorme bostezo). Qué pesado.

Anónimo dijo...

¿Qué dices? Yo hoy lo vi en el vestíbulo del Palacio y casi me saca una cruz. Pensé que él era la sonnambula... Besitos y a por ellos, que son pocos y cobardes.

Anónimo dijo...

No hace mucho q he descubirto tu blog y hoy mismo he averiguado quien es su responsable.
Dicho esto, prometo visitarlo y aportar mi pequeño grano de arena xq los post si que merecen la pena

Rukaegos dijo...

Pues sabes que serás bienvenido, Rodrigo. Un saludo y gracias.

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