jueves, mayo 14, 2015

UN AÑO DE AMOR (CARTA DE GELO PARA SOS SETTER)


A mí no me gusta escribir en el ordenador porque tengo tantas ganas de vivir, dormir y comer que no tengo tiempo para tonterías. Pero hoy el Gafapasta se ha olvidado el portátil y la Poligonera está roncando como una marmota, así que voy a aprovechar para escribir una carta que tenía pendiente.

¿Os gusta la foto? A mí me encanta, es la de mi tercer nacimiento. Porque yo he nacido tres veces. La primera, de una mamá setter muy guapa, muy calentita y confortable, llena de leche y con una lengua amorosa. Tenía muchos hermanitos setter también. Pero cuando era muy chiquitín me apartaron de esa mamá para enseñarme a cazar. Viví mucho tiempo, seis años, como perro cazador. Lo hice bien, lo mejor que supe, porque siempre he querido que mis jefes estuvieran contentos conmigo, pero a pesar de eso un día me dejaron abandonado, desconcertado, en los huesos, en un sitio oscuro y triste que se llama CECAPA. Es un sitio que pagan todos los ciudadanos de muchos ayuntamientos para que la gente deje allí a sus mascotas cuando ya no las quiere como si fueran trastos viejos, o para que la policía lleve a los pobres animales que se encuentra perdidos o abandonados por la calle. Todos están asustados, nerviosos, todos echan de menos sus casas, aunque fueran malas, y todos tienen un miedo terrible a realizar La Última Excursión. Porque si llevas mucho tiempo en la jaula, te sacan un día y te llevan a ese viaje terrible y ya no vuelves. 

Pero yo tuve suerte, nací una segunda vez. Vinieron las hadas de SOS Setter, no recuerdo si fue Berto, si fue Sonia, si fue Goiz el primer rostro amable que vi desde los barrotes. Sé que dijo "Tiene cara de ángel, te vas a llamar Angelo". Y me sacaron de allí después de pagar, porque a los que te quieren matar no les piden dinero, pero a los que quieren salvarte sí. Cosas de los negocios y de ciertos políticos que no quieren darse cuenta de que es imprescindible implantar la política de Sacrificio Cero en las perreras, en neolengua "centros de recogida de animales". Así empezó un tiempo estupendo, conocí a muchos setters abandonados y salvados, y me prometieron que harían lo posible para encontrarme una buena familia. Familia sonaba bien, mejor que cazador y que perrera, pero no estaba seguro de que fuera una idea inteligente alejarme de allí. Así que también me porté muy bien por si acaso preferían que me quedara con ellos.

En la foto volví a nacer. Un día me dijeron "¿Sabes que ya tienes familia, Gelete? Vas a conocer a un Gafapasta raruno y a una setter picarona que también pasó por aquí hace unos años". Yo me puse muy nervioso pero estaba dispuesto a seguir siendo un buen perro pasara lo que pasara, así que subí al coche con Maybe, una perrina mayor que ya encontró también familia, porque el Gafapasta quería conocerla, y fuimos a un parque de una ciudad que se llama Santander y que no se entera de que hay que poner vallas en los espacios para perros, por seguridad, y prefiere no enterarse de lo que pasa en la perrera y no quiere ni oír hablar del Sacrificio Cero. Pero donde vive mucha gente estupenda. El Gafapasta me hizo unas caricias y me prometió que iba a estar bien con él, la poligonera Gin, que es escritora y tiene un blog, me prometió que me iba a poner verde todos los días pero que cuando la gente no mirara iba a jugar conmigo y a compartir la comida y a enseñarme a volver locas a dos gatas absurdas. Así que me fui con ellos, era mayo, era 2014, era ... una tarde maravillosa.

¡Cómo ha cambiado el mundo este año! Me encanta la comida y ahora hasta dejo algo en el plato porque sé que todos los días habrá algo rico para mí. Me encanta la cama, para estar cerquita del Gafapasta y de Gin y hasta de las gatas. Me encanta patear las calles con esa alegría sandunguera que me caracteriza porque sé que le caigo muy bien a la gente y todos los días alguien me dice que soy muy guapo y me hace caricias. Soy feliz cuando paso por delante del Mesón Salamanca y Fran me saca una tapa, o tumbarme al sol en la terraza del Siboney. Me vuelvo loco cuando el Gafapasta me deja correr libre por la playa o por el parque y se me pone cara de tonto de pura vida. Me da tranquilidad poner la cabezota encima del jefe para que no se olvide de que necesito muchos mimos ahora porque antes no tuve. Me divierto jugando con Gin, intentando robarle los juguetes y las golochuches, aunque al final siempre se queda ella con mis juguetes y con mis golos, porque es un poco bruja. Me encanta ser Gelo, el setter moñas, el de en medio de Los Pecos, el setter feliz.

Así que quiero dar las gracias a SOS Setter, con besotes muy fuertes y lametones muy intensos. Quiero dar las gracias a las gatas Anabotella y Tiberio, a la loca de Gin que me da golpecitos cariñosos de hocico a hocico, al Gafapasta que .... , a toda la gente buena que tiene tiempo para una carantoña. Porque he aprendido este año a vivir de verdad, a vivir con intensidad, a disfrutar de una familia que me quiere. Así que sigo siendo un buen chico y me porto bien ... la mayoría de las veces. Porque ahora puedo hacer alguna trastada sin que pase nada. Porque voy por la calle con la cabezota alta para que me llamen chulo, guapo, perrolindo, mientras dejo al aire este pelazo saludable y espectacular. Porque mucho alcalde, mucho alcalde, pero para pelazo y guaperío los de Gelo Melenas, el terror de las nenas. 

Os quiero a todos. Hasta al miserable del cafrecazador que me abandonó. Porque gracias a su despreciable gesto, por fin descubrí que había otro mundo, y que este sí merecía la pena.

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Un Santander Posilbe by Regino Mateo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
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