"El blog anteriormente conocido como Un Santander Posible y como Desde una habitación desordenada"
jueves, septiembre 30, 2010
DESBLOQUEOS Y TRÁGALAS
miércoles, septiembre 29, 2010
UN NUEVO MODELO FINANCIERO: EL FLEX BANKING
lunes, septiembre 27, 2010
CARTA ABIERTA A UNA DIPUTADA RECURRENTE (Cinco años después del recurso del PP y de Ana Madrazo contra la igualdad familiar de las personas lgtb)
sábado, septiembre 25, 2010
EL ETERNO POEMA DE FERNANDO BERMEJO
viernes, septiembre 24, 2010
YO NO SÉ SI SOY FEMINISTA
miércoles, septiembre 22, 2010
¿REQUIEM POR "LA CAGIGA"?
domingo, septiembre 19, 2010
UN CARDENAL CON PLUMA EN LOS ALTARES
sábado, septiembre 18, 2010
ENCUENTRO CON RAÚL ZURITA: LA MEMORIA DE LA PALABRA HERIDA
Con motivo de la celebración del IX Congreso de
«A medida que va pasando el tiempo me doy cuenta de que cada día me resulto más misterioso» afirma Zurita al reflexionar sobre las raíces de su lengua poética. «Antes me resultaba más fácil responder sobre mi identidad, pero supongo que la juventud consiste precisamente en tenerlo todo claro. Hay una influencia del sonido del italiano, de su dialecto genovés, en el que hablaba mi madre y sobre todo mi abuela mientras nos contaba cuando éramos niños historias del Infierno de Dante, y que para ella era la lengua de su propia nostalgia. Después conoces a los clásicos y su sentido de palabra originaria, te apropias de tu idioma y de tu territorio.
Son tantas las líneas que se cruzan en el camino que uno necesariamente se desconoce, no es capaz de saber quién es esa persona que de pronto habla en un lenguaje extraño, en el lenguaje de la poesía en esa formalización tan diferente del lenguaje que utilizas en el ómnibus o en los ritos cotidianos». Pero no es sólo la tradición cultural de la que se ha bebido la que condiciona la escritura del poeta, y es que según afirma Raúl Zurita «no podría escribir sin brotar de otra fuente que mi propia experiencia. Siento que siempre hablo de hechos concretos que le ocurrieron a alguien que se parece terriblemente a mí, a un personaje que tiene mi voz, mi torpeza, mi insomnio, mis obsesiones.
Si una persona es capaz de llegar al fondo de uno mismo sin autocompasión, entonces ha llegado al fondo misterioso de todos los seres humanos. Porque en ese fondo todos somos iguales, iguales ante el dolor, ante la belleza, ante el amor, iguales en la perplejidad frente a la muerte». Tratar de comprender qué ocurrió, sobre todo por qué ocurrió, en una eterna pregunta acerca de los procesos históricos que condicionaron su tiempo, como el golpe de Pinochet del 11 de septiembre de 1973.
Fue la dictadura la que condicionó la aparición del CADA, Colectivo de Acciones de Arte, y sus provocadoras intervenciones en espacios públicos en las que se llegaba a extremos peligrosos para el propio creador (Zurita llegó a arrojarse amoníaco en los ojos o quemarse la mejilla con un hierro candente). «En realidad nunca me planteé ese lenguaje radical en términos de arte. Sólo fue más tarde, cuando tratamos de dar forma a lo que estábamos haciendo que decidimos utilizar el nombre de Acciones de arte. Sentía que había que hacer una poesía tan fuerte, tan extrema, tan contundente como el propio dolor brutal que se nos estaba causando. Nos posicionábamos no frente al arte sino frente a la vida concreta. Eran acciones en las que asumíamos riesgos, a veces un riesgo que hubiera podido llegar más lejos de lo que podíamos soportar. Éramos jóvenes llenos de miedo y de belleza, que intentábamos encontrar nuestro sentido en un mundo en el que cada día desaparecía la gente.
Sentíamos que era necesario regresar, replegarnos sobre nosotros mismos para buscar un lenguaje nuevo, porque ya no nos valía la magnificencia de Pablo Neruda, ni el brillante humor, la ironía certera, de Nicanor Parra, ni los encabalgamientos y los brillantes juegos de Gonzalo Rojas. Un lenguaje nuevo para un sujeto que había sido pulverizado, un lenguaje con el que volver a comenzar desde el origen».
Interesante es en la aproximación a la personalidad y la obra de Raúl Zurita su experiencia junto al pueblo mapuche, un contacto que según nos comenta ha sido «permanente, necesario para poder ver sus rostros y lo profundamente mestizos que en realidad somos. Estuve presente en la reivindicación de su lengua y de su cultura, y ayudé personalmente a la publicación de los primeros libros bilingües mapuche-castellano cuando vivía en Temuco. Hay que ser conscientes de que el pueblo mapuche ha sido un pueblo siempre sojuzgado, un pueblo que recibió de
Piensa, a la espera de la publicación de un extenso libro de poemas titulado precisamente 'Zurita', que de nuevo en este tiempo de confusión y desasosiego la poesía en Latinoamérica goza de un momento de gran altura. «En Chile los nuevos poetas, la generación de los menores de 30 años, forman un grupo absolutamente notable. Dan cuenta de la experiencia del horror y de lo sublime de una forma que me resulta muy interesante, porque hablan de un mundo que sólo está emergiendo. Hablan de un mundo globalizado, del mundo de internet, de ese mundo en el que no existe el miedo a la página en blanco, pero hablan desde una tristeza profunda y desolada. Nuestros jóvenes heredan un mundo que es en absoluto feliz, pero lo enfrentan con un renacido entusiasmo. No es que el poeta tenga que ser el portavoz de la tristeza, pensemos en Frank O'Hara y su poema 'El día que Lana Turner colapsó', pero es que el mundo es despiadado. Y seguirá siendo despiadado mientras continúe el hambre, o mientras presenciemos cómo un muchacho tiene que salir de su casa con las manos en la nuca y los ojos aterrorizados, amenazado por un fusil, para enfrentarse tal vez a la muerte, como está ocurriendo ahora mismo en Iraq, en tantos lugares. Así que la poesía sólo podrá ser ese arte desdichado que trata de mirar hacia el futuro».
martes, septiembre 14, 2010
DESDE EL SUEÑO DE PEDRO SALINAS
Muchas son las razones, muchas las emociones, que le dan razón a Javier Ojea y su grupo. El prodigio del tiempo libre, del sol derramando luz y vida, de la capacidad para tejer nuevas experiencias y nuevas relaciones serían motivos suficientes para añorar el estío en el que inevitablemente cuajan. Motivos suficientes a los que en Santander se añade el cierre de la UIMP, de esa particular institución universitaria que ahora en septiembre relaja su actividad, pasa a la dormición aparente del trabajo continuado e ilusionado para que la fiesta de la apertura dé entrada en el próximo junio a una nueva edición de cursos, miradas, actividades culturales, encuentros, debates, talleres que casi colapsen con su feliz velocidad el verano santanderino. Un colapso de ciencia y de cultura que necesariamente exige ahora meses de reflexión, programación, organización y perspectiva con los que afianzar la identidad de esta decana de las universidades de verano españolas.
Cuando estudiaba Derecho, hace ya tantos años, creo que percibía a la UIMP como una institución un tanto extraña, que discurría en paralelo a la vida de la ciudad sin cruzarse nunca con ella, y creo que esta sensación era generalizada, ya que por aquel entonces era raro encontrarse con amigos o conocidos que tuvieran su atención pendiente del calendario de actividades académicas y extra-académicas. Y, de hecho, la propia programación universitaria tenía algo de episodio autorreferente, pensado más como un complemento ad intra que como una extensión hacia la ciudad que le servía y sirve como sede preferente. He modificado esa impresión en los últimos años de forma sustancial. La Universidad Internacional se ha abierto, sus actividades se han abierto, y sus programas culturales son ahora una propuesta a la que se convoca a toda la ciudadanía, esté o no matriculada en los cursos académicos. Y se van actualizando y consolidando, desde el éxito ya de muchos años de los Martes literarios, a los ciclos de música independiente, de teatro infrecuente (escena bizarra), la apuesta por el teatro leído, las veladas poéticas, y tantas y tantas oportunidades que adquieren una entidad propia y un espacio particular y característico dentro del año cultural santanderino. Puede que la posibilidad y privilegio que he tenido estos años de colaborar con los Martes literarios condicione mi apreciación, pero no es menos cierto que de una propuesta a otra he contemplado los rostros activos y poseídos por la magia del momento de muchos hombres y mujeres de Santander, muchos hombres y mujeres que forman la mayoría absoluta del público y que, creo, también suscribirían estas líneas.
Y es que en la UIMP se apuesta muchas veces por el riesgo, y su acción cultural se apropia de espacios que a lo largo del año no quedan cubiertos, a veces ni siquiera intuidos, por otros agentes culturales. Y cada verano pasamos de encuentros a conciertos, de lecturas literarias a propuestas escénicas que nos resultan frescas, conmovedoras, y que se aferran a nuestra emoción recordándonos que una de las principales misiones de la creación artística es abrirnos los ojos, sacarnos de la caverna platónica y desvelarnos el fuego de la realidad, de las realidades y de las sorpresas que nos esperan fuera de nuestro ensimismamiento.
Se acaba el verano, pues, y con el verano nuestras agendas volverán a presentar espacios en blanco. Unos espacios que aprovecharemos para masticar desde la memoria todo lo encontrado, todo lo aprendido, que aprovecharemos también para imaginar y soñar cuánta felicidad podrá acercarnos un nuevo verano que vuelva a sobrecargar de actividad la Península de La Magdalena, y formalizando una fuerte apuesta por la consolidación de ese nuevo romance entre la UIMP y Santander que antes mencionaba, y que carga las tintas en la extensión universitaria porque también la Menéndez Pelayo quiere formar parte de ese sueño de un Santander de la Cultura abriéndose a Europa.
No es de extrañar que en las brumosas tierras británicas, el Rey Arturo y su consejero Merlín concibieran un horizonte utópico hacia el que dirigir su tarea de gobierno y el sentido de sus guerras: la conquista del Reino del Verano. El verano, donde gentes de todo el mundo se nos acercan para aprender nuestro idioma y gozar de nuestra cultura; el verano, donde los mejores especialistas en ciencias y en humanidades se congregarán para compartir con nosotros su sabiduría y sus experiencias, los avances y desafíos de sus disciplinas; el verano, donde de nuevo la actualidad servirá como foro caliente y ágil donde la escena política nacional e internacional se agite en el marco del diálogo y del respeto entre las bravas aguas cantábricas; el verano, donde la música y las letras, donde la plástica y el teatro, donde la fotografía y el cine nos sirvan como disculpas para nuevos encuentros, nuevos rostros y nuevos amigos con sonrisas de siempre. Un Reino del Verano que para Santander brotó del sueño de un poeta, de Pedro Salinas, sobre la ensoñación de una reina británica que desde nuestra península se sentía más cercana a su casa; un Reino que eligió por hogar un palacio levantado por la voluntad de un pueblo: el Palacio de la Magdalena.
Gracias, cómo no, gracias a la UIMP, a su rector Salvador Ordóñez y a todos los que la hacen posible, por ese regalo de luz que nos brindan verano tras verano.
lunes, septiembre 13, 2010
¿ES GAY MI MARIDO? ... O PERO MIRA QUE SON TONTOS
domingo, septiembre 12, 2010
BYE, BYE, BAGDAD
sábado, septiembre 11, 2010
THE FIX-FILES: LAS JUBILACIONES ANTICIPADAS DEL ALCALDE-INGENIERO
viernes, septiembre 10, 2010
ALÓ PRESIDENTE: LA EXTRAÑA MEMORIA PIQUETERA DE REVILLA
jueves, septiembre 09, 2010
DECÍAMOS AYER... LA ENFERMEDAD MORAL DE LA ALCALDESA DE TORDESILLAS
Tengo la costumbre de escribir entradas demasiado largas, lo sé. Y también la de dejarlas reposar para ver si os animáis a participar. Así que frente a épocas de grandes silencios, tengo tantas ganas de hablar (y tanto cabreo) últimamente, que se me acumulan los temas. Tengo pendiente hablar de Educación Para
Pero vista la foto, creo que toca hablar de bárbaros hispanos. Y de bocazas políticas. En este caso la de la alcaldesa de tordesillas (con minúsculas morales), del PP, pero da igual porque el PSOE ha gobernado tordesillas y ni la dignidad, ni la piedad ni los toros no lo notaron. La iba a decir señora pero me callo en cuestión, milagros zarzuelo capellán, ha declarado ante los medios, y ante la presión nacional e internacional que ha hecho de tordesillas una de las capitales internacionales de la vergüenza que la tortura y ejecución del Toro de
Esa "muerte digna" es la que produce fotos como la que he encontrado en internet y os presento. Con el animal atravesado de lado a lado por dos largas lanzas, picado por muchas otras, intentando escapar de la pesadilla y encontrar refugio al otro lado del río. Fotos que no deben de gustar mucho a la escoria fiestera, ya que ni en la página web que dedican a la exaltación de la tortura al animal en tordesillas cuelgan estas fotos, ni permiten la llegada de medios de comunicación gráficos al pueblo para tomar testimonio del sufrimiento del toro y de las rijosas expresiones de sus verdugos.
Estoy harto, realmente harto, de que una cierta parte de este país no sepa divertirse sin molestar. Pero todavía más de la que no sabe disfrutar de las fiestas sin que la muerte, el dolor y la tortura de un animal esté presente. Se apela a la tradición, pero la tradición también disfrutaba con las ejecuciones públicas, con los combates de gladiadores, con la exhibición y marca a fuego de las adúlteras y con tantos miles de barbaridades que no tengo ni ganas ni espacio. El dolor debe conmover, al menos a quienes un resto de humanidad, de alma, de generosidad, de grandeza moral conserven entre sus emociones y sus carnes. No conmovía a los nazis el de los judíos, porque para ellos los judíos eran menos que animales. Como el dolor de los animales no conmueve a la gentuza de tordesillas ni a la escoria de otros muchos pueblos y ciudades de esta nuestra tradicional españa (con minúscula avergonzada). Porque la grandeza moral, la evolución a mejor del pensamiento ético les pilla lejos, no habla con ellos.
Recuerdo una bella frase que encontré en La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera, al hablar del estupor que sentimos (quienes tenemos sentimientos) ante el dolor animal -en la novela el de la vieja y enferma perra Karemia-. Decía el checo "Los animales nunca fueron expulsados del Paraíso". Nunca pecaron, y por ello nunca merecieron la maldición bíblica del sufrimiento y la enfermedad que castigó a Adán y Eva. Y sin embargo, nuestros hermanos pequeños, como los llamó Francisco de Asís, sufren hasta la extenuación por causa de los a sí mismos llamados "reyes de la creación".
La decencia y la presión han hecho que algunos lugares de la españa de la vergüenza cambien su cara festiva. Ya no se tira al burro desde el campanario en nosedónde de riolejos, y se le sustituye por un muñeco. Ya no se arranca de cuajo la cabeza de gansos ni gallos vivos desde traineras o a caballo en nosecuál del páramo, y se lleva a la víctima festiva desde una pollería ya debidamente desplumada y lista para cocinar. Pero son muchos los animales que claman contra los santos patrones de sus pueblos al llegar las fiestas un doloroso ¿por qué?. Y con especial rabia, los toros alanceados en tordesillas, dardeados en coria, arrojados al mar en alicante, con antorchas en los cuernos o el rabo en olite y tantas localidades mediterráneas, etcétera. Y toreados en casi toda la españa de la sangre, cantabria incluida.
Sí. No nos vayamos tan lejos ni nos horroricemos ante los vandalismos ajenos. Aquí, en esta mi cantabria, en esta mi santander, se corren toros: se les pincha, se les tortura en nombre de la tradición y para risa del populacho, ante la complacencia de iglesia y autoridades y el silencio de los demás. Y hasta se nos exhiben en carricoches por las calles tirando caramelos y luciendo su mejor cara de fiesta progre en algunos casos y casposísima en otros, pero cruel en todos.
Está aquí tumbada a mi lado, plácida y bonachona. Y mirando con esa cara dulce y entregada que no podría entender nada de la mierda sobre la que escribo. Glenda, mi perra. Y me hace recordar, cómo no, esa frase que ya ni se sabe quién dijo de tantas autorías como se le han adjudicado, pero que yo hago ahora mía: Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perra. De verdad.
O como cantaría Roberto Carlos ... Yo quisiera ser civilizado. Como los animales.
Espero que haya una eternidad. En la que