domingo, mayo 30, 2010

MOMENTOS ESTELARES: RUKAEGOS DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS


Como los lectores habituales del blog y sobre todo los adictos a la serie "Momentos estelares" tendrán más que claro que el bueno de Rukaegos es en realidad un perverso polimorfo, no quedarán demasiado sorprendidos al saber que entre sus fantasías sexuales (sección no-realizadas) se cuenta la seducción y posterior menage à trois con una de esas parejas de chavalotes-corn-flake que desde los lejanos estados norteameriyanquis llegan en misión para convertirnos al Mormonismo. Tan sonrientes, tan requetepulidos, con esas camisitas inmaculadas, tan bien etiquetados, ay.

El caso es que tuve hace años una fiebre de interés por los llamados nuevos movimientos religiosos (vulgo sectas) y entre los documentos y bibliografía que manejé, aparecían a veces referencias a los mormones, por lo que me informé algo sobre su historia, fundación, creencias, etc. Pero no sería hasta mucho más tarde cuando vi la tierna y lacrimógena película Latter Days, donde se nos cuenta la historia de amor entre una marica mala de L.A. y un misionero mormón, y más tarde todavía cuando en pleno debate sobre la Proposición 8 descubrí a los mormones como una de las pocas fuerzas sacrosantas capaces de superar en homofobia y rabia a la católica santa madre, y más tarde cuando descubrí los calendarios Men on a mission habitados por chulazos mormones de Utah (pronúnciese Yiutaa) sin camisa y con musculito rampante sobre campo de gules.

Pero antes de tan largo camino, hubo un par de intentos serios de abducción dirigidos contra Rukaegos por estos particulares y sonrientes alienígenas llegados del Planeta Smith para salvarnos. La primera vez fue en un espacio tan sofisticado como el ALSA. Regresaba yo de Donostia a Santander en el bus cuando una conspiración espiritual se volvió contra mí en la parada de Bilbo, cuando unos doce pasajeros de aspecto parcialmente normal descendieron del autobús y quedé solo en el aparatejo a la espera de nuevos compañeros. Una procesión encabezada por dos chicas mormonas con su blusita blanca, su faldita plisada, su sonrisa vitaldent y sus correspondientes etiquetas de Elder Elisabeth y Elder Josephine y continuada por recios misioneros de veintipocos estupendos añitos en la que comencé contando a Elder Jess, Elder Joss, Elder Nathan, Elder Bruce, Elder Samuel, Elder Joseph, Elder Michael y así hasta contar, ni uno más ni uno menos, 30 Elders que se desplegaron por el autobús confiando en su vitalidad juvenil y su fuerza misionera. No dejé de darme cuenta de que algunos me miraban de reojo, se miraban, se sonreían y se cuchicheaban. Así formalicé una apuesta contra mí mismo para dilucidar a la altura de qué pueblo tocaría la primera charla mística. Perdí la apuesta por la mínima (contra mí mismo) y por unos pocos kilómetros. Y es que yo había jugado por Castro-Urdiales pero se adelantaron y fue en Saltacaballos cuando Elder Antonio, un latino megamono de Arizona, me preguntó si podía sentarse conmigo porque estaba interesado en saber qué leía con tanto interés.

Escondí con rapidez el Playgay, puse a la vista con una espectacular maniobra de distracción las Memorias de Adriano y arrancamos una absurda sucesión de lugares comunes a la que pronto se sumaron las dos chicas (supongo que eran parte de la estrategia de seducción) y un par de Elders no identificados más bien feos aunque no por eso menos simpaticorros (pero claro, uno no monta una fantasía erótica de Mormon Gang Bang en el ALSA con feos simpaticorros, qué le vamos a hacer, qué grave error táctico por su parte). Me hablaron de su fe, de su misión, de su pasión por España pero sobre todo sobre las ganas que tenían de regresar a casa y me llenaron de folletos y números de teléfono a los que prometí llamarles en cuanto deshiciera las maletas. Que dice una leyenda urbana en Salt Lake City que un tal Elder Antonio Penélope todavía está esperando en el andén a un español mentiroso y descreído.

Más trabajado fue el episodio que dos años más tarde se inició en la calle de Burgos, en pleno centro de mi Santander Posible. En esta ocasión fue una ofensiva menos multitudinaria, con una clásica pareja muy parecida a la de la foto (las caras y las sonrisas coinciden, las corbatas eran menos horribles) y debidamente etiquetada como Elder Dean y Elder Dan (campanitas de San Juan ...). Comenzó con unos amigables buenos días y con un original comentario sobre el interés por la lectura que me tenía tan abstraído por la calle a pesar de que les parecía que en España no se leía mucho. Con una hábil maniobra de distracción, oculté como pude el Chulazo'S y puse a la vista mi ejemplar de Memorias de Adriano (vale, sí, me habéis descubierto, siempre llevo el mismo libro: tiene un tamaño estupendo para esconder las revistas porno) y sonreí como si me acabara de atiborrar a tazones de cereales y me hubieran etiquetado como Elder Ruka en algún momento del paseo.

Ya que me gustaba leer según su ojo de halcón, apuntaron que tal vez estaría interesado en leer un libro que me iban a sugerir y comentarlo otro día con ellos. El caso es que después de evaluar los paqu... digo la situación, pude darme cuenta de que me estaban regalando un ejemplar del Libro del Mormón, ese mismo libro que tanta curiosidad me había despertado en mis años de estudio y oración, así que me dije "¿Y por qué no?" y me decidí a echar un vistazo al libro, quedármelo, claro, y repasar un par de capítulos educadamente con mis dos Elders favoritos para mostrar mientras todas mis armas de seducción intelectual. Me citaron un par de días más tarde en su local santanderino y pasé una hora leyendo el capítulo que me habían recomendado (creo que habían elegido el más absurdo del texto) y doce horas haciendo muecas y ensayando sonrisas de diamante.

Llegó el día. Me acerqué vestidito con pantalón de pinzas beige y una camisita azul bahía en marzo, super formalito, con la intención de lig... perdón, de charlar un rato con los dos mocetones, dejar claro que a mí eso del mormonismo como que no, y despedirme educada y afablemente.

"Aquí tienemoss la costumbre de rezsar antess de nuestrass riunioness" me explicó Elder Dean. "Y como criemmoss que erress tan espirritual, querremoss que riezess tú una orrazión de grraciass, si tu no imporrta" añadió Elder Dan.

Donde fueres, haz lo que vieres, decía siempre la abuela, así que me imitándolos me puse de rodillas y me dispuse a impruvissar algo, porque en rrealidad yo no imporrta a mí. Elder Dean me cogió de la manita izquierda, Elder Dan de la derecha, yo me alegré mucho por el centro y seleccioné algo que podría sonar a oración poco comprometida, multiconfesional y apta para todos los credos. "Gracias señor por este día y por este momento en el que vamos a compartir nuevas palabras, nuevas experiencias y nuevos amigos. Amén"

"Amén" dijeron a dúo. Y tras levantarse me dirigieron todo un panegírico. "Quí espirritual tu erresss""Rialmente me ha conmocionado tu orracion, so espirritual""Risponde a una cosa, ahorra que has rezsado y has leido el librro, ¿tú cries que Joseph Smith es el enviado de Dioss?" (nota, Joseph Smith es el profeta fundador de los mormones).

"Bueno, en realidad yo ..., esto ... (pero qué me están contando los elders estos, madre mía), bueno ..."

"No ti priocupess, a vecess no funciona la primerra vez" dice Elder Dean. "Podemmos folverr a probarr" dice Elder Dan. Elder Dean sale al pasillo y regresa acompañado de más chicos-cereal, en concreto me presenta a Elder Tim y Elder Tom, que me toman de las manos, toman a Dean y Dan de las manos, nos arrodillamos todos y Elder Tim, al parecer algo más elder que el resto, proclama "Te damoss grracias Señorr porque nos has traido a Rukaegos para aprenderr el camino (¿ejem, pero yo no había venido a lig... digo a discutir el libro?) Amén". Suena el famoso Amén a Cuatro de Montesverdes en respuesta a la tan espirritual propuessta.

Nos levantamos, me miran ansiosos y sonrientes, Elder Dean (qué ojos, por Dioss, qué ojos) me da una palmadita en el hombro izquierdo, Elder Dan me da una palmadita (qué brazoss, por Dios, qué leche me acaba de dar) en el derecho y Elders Tim y Tom exclaman arrobados: "Ahorra tú cries que Joseph Smith es el enviado de Dios".

Silencio tenso, esperanzado, expectante.

"Bueno, yo, esto, sí, bien, es que ... bueno, veréis es que yo (¿pero qué les digo?, ah claro) Yo es que estoy interesado mucho en esto ... en vuestro ... vamos, que es que soy católico".

Se miran gozosos y dicen en grupo "Pero clarro, esso ess tan assí, porrque con los católicoss es a veces difícil, son simmpaticoss pero no siemprre se dan cuenta rrapido, tú ves". Elder Tim sale al pasillo y regresa con Elder Alan y Elder Adan, tras los que llegan ajustándose las corbatas como pillados en falta pero siempre sonrientes Elder Rick y Elder Mick. Elder alguien me toma de la mano derecha y Elder otro me toma de la izquierda, ellos se entrelazan a su vez y Elder yoqueséquiénya dice "Segurro que no tú imporrta riezarr una otra vezz, para probarr si tú en verrdad ahorra cries". Yo cada vez veía más lejana la orgía y más cercano el momento en el que comenzarían a cantar "Al corro de la patata" y me confesarían que se trataba de una cámara oculta de Tele Salt Lake. Pero no, nos pusimos de rodillas en horda, dejamos un momento de espiritual silencio y Elder Creo Que Alan dijo "Te dammoss graciass Sieñorr porrque siempre nos iluminass y porrque tiennes con nosotross a Rukaegos para ver si de una putta vez se da cuenta de que Joseph Smith es el ennviado de tú y podiemos seguirr durmiendo la española siessta y dejiamoss de perrder toda la tarrde. Amén".

Sonaba todo un poco menos feliz, pero Dean y Dan seguían sonriendo y aprendiendo técnicas de abducción avanzada (a estas alturas me quedaba claro que eran novatos, sobre todo cuando Elder Gruñón le dijo en un aparte a Dan "¿Cuántass veces tingo que decirr que no me traigais intelectualess de mierrda gafapastas titirriterross?")

Elder Adan, con la paciencia ya un poco altierrada, se me acercó sonriendo, me dio una palmadita en la mejilla (joder qué bruto), muy de fraternidad masculina (nada, que no hay nada que hacer, tengo que ver si me encuentro un día con Dean a solas por la calle, el radar, esto ..., a ver si te centras en Joseph Smith y terminamos, vale nene, y además en realidad Dean es el más mono y el que se me acercó, ¿no te he dicho que te centres?). Y me preguntó "¿Y ahorra cries de una puñeterra vez que Joseph Smith es el enviado de Dioss o vas a sieguirr tomándonos el pilo?".

"Bueno, yo, esto, es que, bueno no sólo es católico, es que mi familia, ya o sea, es muy religiosa y ... fíjate que hasta mi abuelo tenía un hermano jesuita, o sea, no es fácil cambiarr tan rapido, ya tú sabes"

Ante mi sorpresa gritan alborozados de nuevo, sonríen y recuperran la calma. "Oh herrmanno, clarro que ssi. Esso es así y todo lo explica (Elder Rick parece a punto de un orgasmo extático). Los jessuitass siemprre son los mucho máss difficiles. Perro tenemos tambiénn rimiedio para esso. Mira lees en tu cassa otro capitulo que es esste del librro y el vierrnes viennes otra vez y riezamos y todos. Y viene también Elder Manolo, que erra jessuita de Palencia y ahorra crie en Joseph Smith como enviado de Dior y assí el miejor te explica. Amén, amén".

Y dice una leyenda urbana muy difundida por Salt Lake City y que trata de explicar a los nuevos misioneros que nunca hay que rendirse y que siempre podrán encontrar un camino para difundir el mensaje de Joseph Smith que en una lejana ciudad llamada Santander, justo detrás de Elder Antonio se sentaron Elder Dean y Elder Dan, Elder Tim y Elder Tom, Elder Mick y Elder Rick, Elder Adan y Elder Alan, Elder Manolo y Elder Benito, y toda una sucesión de nuevos elders que esperan confiados jugando a Pasimisí, pasimisá el regreso del descreído Rukaegos. Que un día proclamará su fe en que Joseph Smith es y fue siempre y siempre será, a pesar del mal gusto en la ropa que demuestran los testimonios gráficos conservados, el enviado de Dior. Amén, amén.

Amén.


(Hay también en youtube presentaciones de los calendarios de 2008 y 2010, Amén)

jueves, mayo 20, 2010

LA MEJOR ENFERMERA


Durante su larga estancia en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Leo exclamó una noche "Echo de menos a Glenda".

¿Cuál es la magia, el don, la percepción que habita en nuestros animales domésticos y que les hace darse cuenta de todo lo que nos ocurre? Durante las últimas semanas, antes incluso de que Leo decidiera ir al médico o de que acabáramos en urgencias abriendo las puertas de la pesadilla, Glenda había decidido que algo no funcionaba de manera correcta. Y trató de ofrecer su apoyo de la única manera que sabe: vigilando, acompañando, llenando el aire de ternura, pasando las horas acostada cerca de Leo, siguiéndole con la mirada y compartiendo con él calor y afecto.

Mientras él estaba ingresado, me sorprendieron cada día Glenda y las dos gatas con el silencio cada vez que entraba en casa a comer o a buscar alguna cosa. En contra de su costumbre, ni siquiera pedían su comida y parecían interrogar preocupadas. Claro que notarían la alteración de su rutina, la ausencia permanente de uno y la prolongada de otro, y se sumirían así en el desconcierto. Pero daban la impresión de saber que había problemas y que tal vez no era momento para juegos o ruidos o protestas.

El pasado lunes, cuando recibió Leo el alta hospitalaria, pasó primero para sentarse y no arriesgarse a que la previsible alegría de Glenda le hiciera saltar las grapas. Yo la llamé y vino remolona y perezosa: yo no interesaba. Pero al ver a Leo fue como si recibiera una descarga de ondas positivas y corrió hacia él con cuidado, sin intentar subirse, con el rabo loco y las orejas altas y alerta. De nuevo decidió cuidar a su cachorro desvalido. Y desde entonces podría decirse que no ha vuelto a separarse de Leo, que ha renunciado a la esquina de la habitación donde desde que llegó encontró su refugio particular para moverse allí donde su enfermo se mueva.

¿Cómo no echarla de menos?

Glenda es amable, alegre, tierna, acogedora, protectora, silenciosa, tranquila. Un puro bálsamo de energía limpia. La mejor enfermera.

domingo, mayo 16, 2010

TENGO MUCHOS AMIGOS HETEROSEXUALES


Sé que con el buen concepto que algunos tenéis de mí no acabaréis de creerlo, pero es cierto: Tengo muchos amigos heterosexuales.

Al fin y al cabo, y por mucho que os escandalice, los heterosexuales son casi personas, y no me parece bien que se les insulte o se les ataque.

Claro que mis amigos heterosexuales no son tipos de esos llenos de pluma que van exhibiendo su heterosexualidad por la calle. De hecho, ellos mismos se avergüenzan cuando observan las hordas de adolescentes llenos de granos pajeros tocándose los cojones y tratando de ligar derramando babas caducifolias en los escotes de chicas también heterosexuales que les ríen la gracia. Y qué voy a decir de lo que les horroriza ver a un grupo de heterosexuales camino del fútbol, disfrazados con camisetas que imitan las tapicerías de los colchones, meando por los portales y cantando canciones de dudoso gusto.

Como os digo, mis amigos heterosexuales son discretos. Por eso esconden su enfermiza tendencia en casa en lugar de salir a hacer el ridículo con los calzoncillos por encima de los pantalones y un enorme consolador a modo de colgante, en esas ceremonias molestas que ofenden a cualquier persona decente y que llaman despedidas de soltero. Y en más de una ocasión les he sorprendido un gesto de disgusto al observar en un bar o en plena calle como uno de esos heterosexuales exhibicionistas que pretenden cambiar las normas de la sociedad y destruir sus valores le dan un obsceno morreo a una chica descarada o incluso la meten mano sin el más mínimo recato: Nuestros hijos e hijas no deberían tener que ver actitudes tan desagradables.

Y es que la heterosexualidad no es natural. No sé bien si es una enfermedad, porque estoy seguro de que hay gente que se hace heterosexual por vicio. Pero los que sean enfermos porque los pobrecitos hayan nacido así deberían someterse a algún tratamiento que les permita curarse y ser normales. Porque como yo digo, con la cantidad de chicos guapos que te encuentras por la calle, cómo puede un tío normal y decente fijarse en una mujer. Inexplicable. A veces se lo digo a mis amigos heterosexuales y se ríen mucho y me dan la razón, pero claro, dicen que no pueden evitarlo. Y también se ríen cuando les llamo hetericones o heteroquitas, porque saben que no quiero insultarlos, que se lo digo con cariño y para que todos nos riamos.

Eso sí. Son mis amigos y les acepto como son, y estoy en contra de que les insulten y les peguen, como ya dije. Pero de ahí a admitir que como algunos heterosexuales exaltados pretenden se les permita acceder a instituciones sagradas de nuestra sociedad como el matrimonio o la familia va un buen trecho. El matrimonio es una institución que consagra un amor entre iguales, una relación madura entre dos personas que se respetan y se apoyan, por lo que sería pervertirlo dejar que esos enfermos puedan casarse. Porque ellos maltratan a sus parejas y tratan de someterlas y de verjarlas, o buscan madres absorbentes y dominantes en lugar de compañeras. Y es que claro, qué vas a esperar de unos heterosexuales que se pasan la vida violando mujeres y que pagan por tener sexo en lugares oscuros de extraña iluminación y nula respetabilidad.

Qué decir de los hijos. Cómo vamos a permitir que unos niños se críen en familias heterosexuales, sabiendo lo que a los hombres heterosexuales les gusta abusar de sus hijas y sus hijos. O de su tendencia al adulterio. O de la cantidad de divorcios que se producen y que harían, claro, que los compañeros de escuela se rieran de los pobrecitos. No, no y mil veces no: lo que prima es el derecho del niño a tener un hogar abierto y acogedor y no esa primitiva reivindicación de la reproducción animalesca e incontrolada.

Y todo eso sin entrar en cuestiones religiosas, porque al fin y al cabo yo no soy creyente. Pero mira que en la Biblia escriben miles de versículos para prevenir contra conductas heterosexuales características como la violación o el adulterio y para castigarlas con severidad. Al fin y al cabo, ¿no se nos presenta a una pareja heterosexual como causante del pecado original y la expulsión del Paraíso?¿no fueron las aberraciones heterosexuales las que provocaron la destrucción terrible del Diluvio o la de la Torre de Babel?¿No fueron los pecados propios de la inmoralidad heterosexual los que obligaron a Dios a exigir de Moisés el sacrificio de la mitad del Pueblo de Israel, o los que provocaron la esclavitud de los israelitas tras las denuncias de los profetas?

Yo tengo muchos amigos heterosexuales, a los que acepto con su rareza. Pero ni hablar de igualdad de derechos o de permitir que exhiban su enfermedad presentándola como algo natural, como vienen haciendo esos grupos de radicales marrones y de machi-progres. Que bastante tenemos ya con eso de que no se pueda poner la televisión sin ver a una pareja de heterosexuales montando el número.

Porque lo natural es que el varón se entienda con el varón y la mujer con la mujer. Como ha sido siempre la voluntad de Dios y la de la Naturaleza.

17 DE MAYO: DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA HOMOFOBIA, LA LESBOFOBIA, LA TRANSFOBIA Y LA BIFOBIA.

¿Eres homófobo? ¿Sí? Pues que te jodan.

AL COMPÁS DEL CHACACHÁ


Tengo para mí que en Cantabria nunca llegamos a plantearnos de una manera seria el debate del AVE. Recuerdo algunas reflexiones de un catedrático de transportes de la Escuela de Ingeniería de Caminos y un par de apuntes de asociaciones que planteaban alternativas en concepto y trazado, que cuestionaban la idoneidad de esa palabra que ya se había convertido en una especie de talismán en ciertas bocas.

Eran reflexiones sensatas cuando menos, y ponían sobre el tapete algunos elementos de racionalidad que por supuesto habrían de estrellarse contra un muro que jamás quiso siquiera contestar más allá de lugares comunes acerca del "queremos un AVE, como todo el mundo" y "si no hay AVE me enfado porque será un desprecio y una humillación para los cántabros". Y así quedó la palabra orbitando sobre nuestra vida política a modo de órdago, farol o enroque permanente en la partida. ¿Qué va a pasar con la falta de idoneidad del nuevo trazado viario para el tráfico de mercancías?¿habrá que doblar el gasto para sostener una línea de viajeros de alta velocidad y otra diferente para permitir el tráfico comercial?¿Hay población suficiente para garantizar un nivel de usuarios simplemente aceptable?¿Cuál será el coste del viaje, pues?¿será competitivo frente a otros medios?¿cuáles serán los costes económicos y medioambientales de la conexión entre Reinosa y Santander?¿Cuánto tiempo real se va a ganar en la conexión frente a otras soluciones?¿Justifica esa media hora de menos todo el despilfarro anterior?

Poco importan ya todas esas cuestiones que, ojo, simplemente dejo sobre el papel para constatar los muchos nudos de esta historia. Porque hoy en Cantabria somos ya todos reos del tren de alta velocidad al precio que sea. Quienes no quisieron hacer un AVE cuando estuvieron en el gobierno, porque nunca han sentido el más mínimo interés por Cantabria, seguirán considerando insuficiente, lento y escandaloso cualquier avance de ese trazado que no activaron cuando podían y cuando para esa obra se hubiera recibido seguramente una fuerte aportación de las instituciones europeas. Los que plantearon el órdago irrenunciable del Aut Ave, aut nihil porque sufrirían un fuerte golpe en plena credibilidad. Los que sostuvimos ese órdago desde acá y acullá, porque si llegara a suspenderse este particular parto de los montes seríamos los principales paganos del malestar y de la ruptura de las cartas.

El caso es que nadie ha hablado de que Cantabria no vaya a tener AVE en tiempo y modo. Pero una simple suspensión de un sarao de esos con fotos y romería que tanto gustan a ciertos personajes ha desatado una tormenta inusitada, en la que poco vale la puesta por escrito del Ministerio de Fomento de su compromiso con la obra y aclarando que ante la nueva situación de austeridad exigida desde los tahúres de las finanzas internacionales, que andan metidos en otra partida más neoliberal en la que nada importan peones como nosotros, el departamento debe parar, ajustar, redefinir, replantear reorganizar sus actuaciones. Y así mientras algunos (o algunas más bien) intentaban asegurar el futuro del AVE hablando con el ministro y planteando a Fomento su exigencia de que se cumpliera el compromiso, el de los rizos bramaba como tiene por costumbre y el de los bigotes iniciaba la célebra ranchera "Por encima de mi cadáver" en gira por las áridas estepas castellanas. Al final, habrá alta velocidad, y la habrá gracias más a las conversaciones que a los truenos. Pero como siempre, se le adjudicarán los méritos a los que estaban de romería.

Porque eso sí, que quede claro, sea o no absurdo en este momento de la historia no cabe otra: Cantabria tiene que tener un AVE según lo firmado y defendido.

Y si no, haber jugado a otro juego con un poco más de sentido común desde el principio.

lunes, mayo 10, 2010

SIEMPRE NOS QUEDA PARÍS


¿Quién nos iba a decir en medio de ese otoño mágico en París que la sesión de fotos en plan top model en La Concorde, revisitando los fotogramas vistos en El Diablo viste de Prada, que sería necesario hoy echar un vistazo a una memoria formada por pequeños detalles, por destellos de luz, por instantes de una felicidad que lleva tu nombre?

Leía el otro día en la magnífica "Bilbao-New York-Bilbao" de Kirmen Uribe que nuestra edad se va formando de ausencias. Pero me parece que si nos fijamos bien, si miramos con cuidado, nuestro tiempo se forja de sonrisa en sonrisa.

¿Recuerdas París? Mi obsesión por Rayuela y por el Pont des Arts. Tu visita a Moliére y Wilde. El delicioso boeuf bourguignon que comimos en el delicado bistró de Belleville. Los mejores bombones del mundo. El decadente té con crèpes en la Isla de San Luis. Las bromas con el guapísimo Christophe en el Marais. Tu deslumbrante look Total-Zara que hizo salir a fisgar al encargado petardo de una de las tiendas más caras del Fauburg Saint Honoré, confundiéndote tal vez con una estrella de cine. La competición de glamour entre la gallina birmana y tú. Tu sorpresa constante al descubrir que todo lo que habías soñado de París iba convirtiéndose en dulce realidad.

A pesar de que eres serio, hasta un tanto taciturno, te has llenado de vida tantas veces que tus sonrisas se me han ido volviendo contagiosas. No sólo en ese París que por siempre llevará tu nombre. También en Lisboa y en Madrid, el Madrid de nuestro primer abrazo. Y los momentos inolvidables a dos o en grupo en Cantabria que comenzaron con aquellas deliciosas almejas de Pedreña una mañana de sol y se han ido multiplicando hasta la celebración de tu cumpleaños por sorpresa, con la Pandilla Basura en pleno, cuando ya te estaba la enfermedad rumiando las entrañas con injusta fiereza.

¿Quién dijo que la vida fuera justa? No. La vida es luchar y luchar para poder construir momentos mágicos al lado de las personas que te importan. Esos momentos que hacen de París en una ciudad que nos inventamos nosotros y que sólo existió para nosotros.

Esos momentos que ya estoy recordando contigo, a pesar de que todavía forman parte del futuro. Siempre nos quedará París como refugio acogedor y abrigado. Y Lisboa, y Madrid y Santander. Y vete pensando en recordar los momentos felices que serán en Grecia, en Sicilia, en Estocolmo, en Sevilla, en Egipto, en todas las ciudades y mundos que están ahora mismo esperándonos.

Así que vete poniéndote fuerte y preparando el estilismo adecuado. Porque hay que ponerse ya en camino.

domingo, mayo 09, 2010

¿CUÁNTO NOS CUESTA LA "EFICACIA POPULAR" EN SANTANDER?


Entre los tópicos más extendidos en torno a la acción política diferenciada de izquierdas y derechas estaría la afirmación de que mientras en la izquierda se da más atención a las políticas cívicas, sociales e igualitarias, la derecha sería más eficaz en la gestión económica de la res pública.

No tengo yo, sin embargo, la mejor de las impresiones en lo que a la gestión de las arcas municipales santanderinas se refiere. Y no sé si será un ejemplo muy extendido por nuestra piel de toro, pero desde luego creo que tras muchos años de gobierno conservador (desde el 79 y porque pongo el corte en las primeras municipales democráticas), con unas u otras siglas y alianzas, ha llegado el momento de preguntarnos si de verdad a nuestros bolsillos les ha beneficiado la cacareada eficacia conservadora.

Dos detonantes me han animado a iniciar, por fin, esta reflexión varias veces aplazada. Por un lado, el ejemplo que desde las esferas sindicales del Ayuntamiento de Santander me proponían hace unos días, al explicar cómo se estaban gestando y gestionando las privatizaciones de servicios públicos por parte del Alcalde-Ingeniero y sus huestes, aportando un dato revelador sobre una plaza de vigilante que al ser privatizada nos cuesta, con media jornada, lo mismo que un técnico de la administración. Algo así como una oferta inversa en el Carrefour: Llévese uno por el precio de dos. En tiempo cercano, el gratuito Crónica de Cantabria reflexionaba acerca de las dobles y triples intervenciones municipales en los espacios públicos santanderinos, apuntando que en general cuando un ayuntamiento modifica por unas razones u otras una calle, una plaza, un parque, suele planificar y estudiar con vocación de futuro la intervención antes de realizarla, de tal manera que la nueva imagen urbana queda fijada para un par de generaciones al menos. Mientras que pasaba revista a una serie de espacios públicos en Santander que por imprevisión, improvisación o yerbas varias han experimentado obras de calado y coste en dos o tres ocasiones en los últimos 30 años.

¿Cuánto nos está costando la costumbre de ediles y regidores populares de parchear, de actuar con la vista puesta sólo en lo inmediato, en la rentabilidad electoral a cortísimo plazo y sin proponer un verdadero plan para la modernización y transformación de nuestra ciudad?

Porque parece que la ciudadanía no es del todo consciente de que cada una de esas obras realizadas o sin realizar supone una nueva herida en los caudales públicos. Una herida grande y grave que resulta tanto más evidente cuando nos llegan los tiempos de las vacas flacas y nuestros munícipes encuentran la teta exhausta. ¿Sacamos las cuentas? Es tal vez una propuesta que lanzo desde aquí a la oposición, a los movimientos sociales, a la ciudadanía. Cuánto hemos gastado en reformar las reformas (Mercado de México, Plaza de Pombo, Plaza del Ayuntamiento, Villa Florida, ...). Cuánto ha sido el exceso por tardar hasta la exasperación en intervenir para solucionar ruinas y degradaciones (Mercado del Este, Palacio de Riva-Herrera). Cuánto nos hemos gastado para recolocar lo que el propio Partido Popular aprobó y dejó sin desarrollar para luego ignorar su existencia (Museo de Cantabria) o boicotear su edificación (Edificio Moneo). Cuántas ayudas y fondos europeos dejamos de percibir cuando se votaba sistemáticamente que no a cualquier propuesta de la Oposición municipal -generalmente del PSOE- para luego desarrollar esos mismos proyectos cuando ya no era posible recibir ayudas estructurales (Escaleras mecánicas y accesibilidad de determinados barrios, reordenación de las estaciones). Cuánto invertimos en obras diferentes de las propuestas a los fondos europeos para finalmente vernos obligados a financiar por otras vías la recuperación de nuestras áreas más degradadas (Cabildo de Arriba).

Claro que a todas estos gastos superfluos (en los que no me he acercado siquiera a los terribles sobrecostes de tantas obras) habría que añadir otros perjuicios. Por ejemplo, cuántos trabajadores podrían estar hoy en activo en obras de gran envergadura como el Moneo, el Museo, la reordenación de la fachada marítima, la de las estaciones o la urbanización de La Remonta, de no haber puesto el Ayuntamiento de Santander una piedra tras otra para impedir o al menos retardar en lo posible las obras impulsadas desde otras administraciones (regional o estatal) en manos del PSOE o de la coalición PRC-PSOE. Y por la misma regla de tres, cuántas empresas cántabras podrían estar sobrellevando la crisis con menos riesgos. Y por la misma, cuánto ha repercutido en los pequeños empresarios o el comercio la inexistencia de tantos trabajadores y sus correspondientes salarios.

Y otros costes de más difícil medida. Porque cómo evaluar el coste social o el cultural pagados por el cierre de la Filmoteca Regional durante tantos meses. O el del Museo de Prehistoria.

Ahora que corren tiempos difíciles, no estaría de más recordar cuánto se ha derrochado, cuántas ayudas se han perdido. Y cuánto nos va a costar hacia el futuro enmendar los desafueros. Porque si algo está claro es que la crisis pasará, pero seguramente se acaben ciertas alegrías.

Saquemos las cuentas. Pero me parece a mí que el tópico de la gestión eficaz y eficiente de los populares nos ha costado muy caro en Santander. Muy pero que muy caro.

sábado, mayo 08, 2010

¿POR QUÉ NO HAY ORQUESTA DE CANTABRIA?: La inexistencia de una base formativa sólida.


Recuerdo al compositor y director Cristóbal Halffter hace unos pocos años en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Mostraba su asombro ante la extraña realidad de una región, una ciudad, que habían destacado por su actividad musical y que, sin embargo, cuando otros territorios habían apostado por la creación de orquestas (muchas tan en crisis hoy como la propia crisis, pero otras asentando sus raíces con buena fibra) aquí ni siquiera se hubiera hablado de la cuestión. Abducido al final de la intervención por dos de las fuerzas vivomuertas de la música local y sus intríngulis (la siempre sabia unión entre capital y clero), regresó al día siguiente para explicarnos que ya le habían dado las razones para que no fuera buena para Cantabria una orquesta propia (razones que amablemente nos ocultó) y que había pasado raudo y veloz al campo de los conversos a la veneración del silencio.

Ya he apuntado alguna vez en el blog algunas de las causas para esta miseria musical. Pero como de nuevo he tenido un debate intenso de café y como creo que nunca he tratado de explicar de forma detenida mi punto de vista, trataré de darlo forma en tres o cuatro entregas a lo largo de las próximas semanas.

Quizás uno de los primeros y más claros ejemplos de cómo la vocación musical de una sociedad puede quedar frustrada por la necedad pública y la ausencia de espíritu reivindicativo de los afectados sería precisamente la nula importancia que se ha venido dando a la formación musical en Cantabria. Hasta hace unos años, la organización de los dos conservatorios era un puro ejercicio de surrealismo. A la falta de una estabilidad mínima para el profesorado, se unía la escasa oferta que, durante años, llegó a identificar "estudiar música" con "estudiar piano".

La propia sociedad invitaba al despropósito. Los estudios especializados se veían como una forma de que las chicas (he usado bien la "a") aprendieran media docena de monerías para deslumbrar a las visitas a base de paraelisas, marchasturcas y momentosmusicales. En general, ninguna familia esperaba que de su paso por un conservatorio surgiera un profesional de la música. Así que la falta de esfuerzo, de motivación, de exigencia en todos los campos, de penetración social, fueron notables.

Se sumó la peculiar política cántabra, en aquellos tiempos en los que cierto Alcalde de Santander decidió que si el Gobierno de Cantabria (de su mismo signo político) tenía conservatorio, él tendría otro, para colocar al frente a un amigo y gloria local de la tecla, quien por cierto abandonó el puesto a las primeras de cambio. Dos conservartorios que supusieron y suponen reduplicación de plantilla, multiplicación de gastos de gestión, ineficaz aprovechamiento de los espacios y un largo etcétera de descontroles que hubieran posilitado, con la debida racionalidad y un proyecto serio, un conservatorio superior. Germen de profesionales, y por ende de agrupaciones musicales que hubieran podido estar en el origen de nuestra orquesta.

Hoy, la plantilla de ambos conservatorios es estable, profesional y creo que más que capaz. Por más que ni espacios ni equipamientos ni sociedad ayuden mucho. Pero la carencia de un centro superior sigue presente.

¿Sería todavía posible una red de escuelas municipales, públicas o privadas, de música de nivel elemental más o menos de acceso general que con la debida selección abrieran el camino hacia los niveles medios y que desde ahí se pudieran iniciar los estudios superiores? No es fácil, y menos en estos momentos, pero si la unificación de los dos conservatorios estuviera en las mentes de Gobierno y Ayuntamiento, con las debidas dotaciones (que no iban a ser mayores que las actuales), desde luego la empresa no sería imposible.

En todo caso, qué difícil poner en funcionamiento una orquesta donde tan poco en serio nos tomamos la educación de los músicos. Qué difícil.

miércoles, mayo 05, 2010

YO TAMPOCO ESTABA EN LOS CUENTOS


Supongo que para quienes crecieron cómodos en los roles tradicionales (el del chico aguerrido y tenaz, ambicioso y rebelde que acaba por conseguir sus metas y casarse con la rubia mona, el de la chica tan mona como sumisa y bobita que espera y espera hasta que se lía con el príncipe) será difícil entender que los cuentos infantiles no son tan inocentes como pueden parecer, que detrás de su formulación tierna y encantadora está también toda una herramienta educativa que ha contribuido siglo tras siglo a definir los perfiles del qué y cómo es un hombre, del qué y cómo es una mujer. Un mecanismo más de control social que nos dejaba claro qué esperaba la sociedad de nosotros y negaba por ridículas algunas veces, por invisibles las más, otras opciones.

En la campaña de acoso y derribo de ciertos sectores que siempre se enfadan siempre si les llamas machistas (y todavía más si les llamas homófobos) contra todo lo que signifique trabajar para la igualdad en el plano simbólico, tratar de realizar un análisis crítico del lenguaje en todas sus manifestaciones para desvelar la persistencia en el mismo de tantos usos sexistas y proponer alternativas para su corrección, han sonado estas semanas pasadas clarines de guerra contra la Ministra de Igualdad (más tibios, pero también sonaron aquí en Cantabria contra la Dirección General de la Mujer por idéntica cuestión) por atreverse a proponer una relectura de los cuentos de hadas en clave de igualdad. Utilizando entre otras estrategias la de la sustitución de los roles protagonistas masculinos por equivalentes femeninos.

Recuerdo todavía la discusión que mantuve con un amigo, hombre, joven, heterosexual, progresista, que no podía evitar exclamar con mucho aspaviento "¡Y luego querrán que no les llamen chochonas!" al referirse a la publicación del Gobierno de Cantabria sobre la reinvención de los cuentos tradicionales. Pero claro, él siempre había vivido un universo fantástico en el que el príncipe besaba a una rana que se transformaba en linda princesa rubia a la que el pelo crecía tanto que podía lanzar las trenzas para que su amado galán la rescatara de la malvada bruja que le había dado a comer una manzana roja después de pincharla con un huso, y atravesando zarzas, matando dragones, domando ogros, y trepando por matas de guisante acabaría por probarle su zapatito de cristal antes de darle el definitivo beso de amor y despertarla para escuchar cómo se quejaba por el incómodo garbanzo que alguien había olvidado debajo de los siete colchones justo antes de llevarla hacia el altar, desposarla y por fin juntos devorar varios quintales de perdices.

¿Pero estaban en esos cuentos las mujeres libres, activas, decididas, las que quisieron desde niñas protagonizar su historia y ser dueñas de sus propias apuestas?

No, ellas no estaban. Nos lo descubrieron tantas autoras como se preocuparon de la teoría feminista, de la construcción de modelos capaces de apostar por una sociedad de iguales. Y a su zaga, gays y lesbianas descubrimos que tampoco estábamos en los cuentos.

Yo no estaba en los cuentos, no podía aprender modelos de comportamiento, percibía que la sociedad me consideraba un extraño, un indeseable, y no podía soñar con encontrar un príncipe hermoso y afortunado que me besara en los labios y me prometiera amor eterno. Así que tuve que apañármelas solo, inventarme un mundo de fantasía poblada por mocetones tan apuestos y fuertes como mis Geyperman y poblarlo de cuentos, cuentos que se parecían mucho a los tradicionales pero en los que cuando el príncipe besaba un sapo, el más dulce amor se le aparecía en forma de morenazo.

Más adelante aprendí que mis Geyperman no estaban equivocados. Que habían nacido en la Antigua Grecia y militado en el Batallón Sagrado de Tebas. Que se habían mirado con ternura extrema en las despobladas laderas de Brokeback Mountain. Que habían aprendido a amar entre fusiles con Yossi y Jagger. Y aprendí que los cuentos que teníamos que contar a nuestras hijas e hijos deberían hablarles de la diversidad, de la felicidad, del amor, de la responsabilidad, de la decisión, de la libertad sin. Y que en ellos podría haber unas veces muchachitas delicadas y otras bravas mujeres, en la que los muchachos podrían llorar lo mismo que vencer a un ejército de monstruos. Cuentos en que los labios que se acercaran para el beso pudieran ser también los de dos hombres que se conocieron gracias al celestinaje de los sapos. O los de dos mujeres que habrían compartido azarosas aventuras de la mano.

Los cuentos, por fin, de todas y de todos.

lunes, mayo 03, 2010

PERO MIRA QUE SOMOS ANTIGUOS, MADRE DEL CARMEN


Yo no acabo de creerme que el sofisticado director de la Fundación Santander 2016 acabe de encontrarse cómodo en esta ciudad tan paletuca. Si ya dijo él que venía a explicarnos lo que era Europa, que no lo sabíamos, con su genial idea de convertir cada distrito de Santander en un país de la Unión Europea y desarrollar iniciativas tan supermodernas y megaoriginales como poner la banderita en cuestión e instalar exposiciones con fotos montadas sobre cartón pluma en el hall de Valdecilla para mostrarnos imágenes turísticas de los castillos transilvanos (¿qué más moderno que un vampiro desde el éxito de ventas de una obra tan sutil y nouveau-roman como la saga Crepúsculo?) o por Puertochico dándonos lecciones de Historia Contemporánea Elemental I (¿A que no sabiais que el terciopelo se había sublevado en Praga, imagino que harto de convivir con las fibras industriales?).

Ahora parece que ha comentado en varios foros que es que aquí somos todos un poco antiguos, y que claro, o se trae a sus amiguetes para dar un poco de glamour a la ciudad posible o de capitalidad nada. No sé muy bien qué entenderá el señor Doctor por moderno, pero yo quedé sorprendido y hasta escandalizado por la rabiosa radicalidad del concierto de Los Planetas, que vamos, que más desconocidos y transgresores no los hay, y todavía más por la chachiniciativa de espeluznar los viejos y polvorientos tablones de la Iglesia de San Francisco con un concierto de música barroca polaca y española. Vamos, lo más de lo más de lo más. Barroco en Santander, lo nunca visto. Y claro, aunque lo suyo sea más de artes plásticas y fotográficas, con lo del Barroco polaco nos demuestra un estar al día en la avant-garde musical más absoluta que nos hace parecer a todos unos aprendices. Fíjate que aquí llegamos a considerar modernidades los conciertos para ciudades de Llorenç Barber, las deconstrucciones de canto y lenguaje en las aventuras sonoras de Fátima Miranda o las esculturas sonoras de Inmaculada Cárdenas.

Menos mal, eso sí, que contamos con algunas raras excepciones casi tan modernas como el siempre bienvenido Doctor Marshall. Y así Fray L'Infinit nos ha presentado su propuesta de Festival Internacional de las Cuestas Abajo, lleno de finas ironías. ¿O se pensaban que lo de no programar Monteverdis en el Año Monteverdi y hacerlo en el Año Chopin era simplemente falta de criterio? Y ya verán cómo sigue sorprendiéndonos con esas apuestas arriesgadas que más que modernas son ya tardoretromodernas. No sé, una ópera de Händel para celebrar el cumpleaños de David Bisbal, por lo menos.

Y no se lo pierdan, que por aquí los poetas somos antiguos entre los antiguos y por fin tendremos oportunidad de ponernos al día con Micropoemas, Polipoemas, Poemas Panópticos y Poemas Patata. "Si tú me dices ven, te lo daré todo tachundatrrrrrrr (sonido de trompeta cuchufletera)". Pura sofisticación. Lástima que con algo más de cabeza todas esas cosas ya se las hubieran inventado hace muchos años Gómez de la Serna, o Guillermo de la Torre, o Apollinaire. Que si no serían rompedoras como la ruptura. Y ojo, que no he incluído como poeta rompedor al Gerardo Diego ultraísta porque como era de Santander nunca pasó de ser un ultraísta como antigualla.

Lo mismo si alguna vez se hubiera dedicado a la cultura en Santander una ínfima parte de lo que el Alcalde Ingeniero ha puesto con la colaboración de Botinone en el tablero podríamos haber sostenido todo tipo de iniciativas abiertas y arriesgadas como las que en efecto hemos tenido, y que murieron por la desidia e indiferencia de los mismos que hoy contratan y jalean a Rafael Doctor para que nos explique lo poco que valemos y lo paletos que semos. Y es que esto es como el glamour, si es que a todos nos encantaría llevar gayumbos de Louis Vuitton a juego con los bolsos gratis total de la Barberá, pero es que no nos da la libreta de ahorros.

Así que ya sabéis, mis queridos santanderinos y santanderinas: estamos más pasados que una figurita de Lladró vestida de ursulina. Menos mal que nuestro alcalde, tan lucido él, nos va a sacar del pasado con las admirables enseñanzas del Doctor Marshall, que desde regalar dibujos terapéuticos a reunir a sus amigos a tomar el té en la Magdalena en lo que ha llamado "Salón Europa", qué moderrrrno, nos va a poner al día a la voz de ya y a un inmódico precio.


sábado, mayo 01, 2010

SUPERVIVIENTES


Al confirmarse el diagnóstico de Leo, y entre las muchas personas que han ofrecido su apoyo, su sonrisa, su tiempo, han destacado por su rapidez y su generosidad algunas mujeres fuertes. Junto a nosotros han estado Bárbara, Cristina, Luzmary, Blanca... toda una estirpe de supervivientes.

Saben lo que es el cáncer, saben lo que es el miedo al enfrentarse a la noticia, lo que es el valor de enfrentarlo y el coraje de salir adelante hasta arrinconarlo en el cajón de los malos sueños. Saben lo que vale la vida y aprendieron a contagiar sonrisas porque tuvieron que llorar mucho. Poseen la capacidad de darle el justo valor a las cosas que de verdad lo merecen.

Y por eso están cerca, al acecho de la mala noticia para neutralizarla y darle alas de esperanza.

Está sentado ahora entre la cama y la ventana. No sé de quién fue la idea genial de levantar un hospital con vistas a una funeraria, pero sacude la cabeza porque sabe que no es ese su sitio. Está aprendiendo a resistir, a mantenerse en pie a pesar de que el dolor fuerte le dobla algunas veces. Claro que ha llorado, y se ha enfadado, y se ha quedado un momento con la mirada perdida preguntándose una y mil veces "¿Por qué?". Y volverá hacerlo muchas veces a lo largo de un camino largo y agotador que nunca le hará rendirse. Porque Leo es fuerte, un superviviente nato, y ha tenido que hacer frente a muchos momentos tan duros como el presente porque está hecho de esa pasta especial que algunos, los que pasamos media vida cayéndonos, no tenemos.

En abril se cumplió un año desde su llegada a España y de ese encuentro por el que tanto habíamos luchado. Pero ¿cómo saber entonces que el sueño iba a mutar tan deprisa en pesadilla?
No importa. Leo sabe que hay una mujer entrañable que desde algún lugar, algún espacio, alguna memoria, está cuidándolo como si fuera su ángel.

Y por eso está sentado en silencio entre la cama y la ventana, callando y sonriendo. Porque ya ha tomado su propia decisión. Y va a vivir. A vivir. Con más fuego, más furia, más luz que nunca. Hasta que la felicidad, por una vez la felicidad, sea la única que le haga daño.

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