lunes, febrero 23, 2009

NUEVE HOMBRES SIN PIEDAD
(o Qué barato resulta matar homosexuales en Vigo)


"Dejan en libertad a un asesino confeso, espero que les quede en la conciencia toda la vida".
Esta frase tremenda y lapidaria fue la que Marta, la madre de Isaac Pérez Triviño, dirigió al jurado popular que no se atrevió a sostenerle la mirada, ni siquiera a mirarla de reojo, en Vigo, después de haber declarado inocente a Jacobo Piñeiro, que en julio de 2006 mató violentamente y con una brutalidad extrema a dos jóvenes homosexuales, Isaac Pérez Piñeiro y Julio Anderson, en julio de 2006.
Puede que sea mi formación jurídica la que me haga poner ciertas distancias con toda noticia relativa al ámbito judicial, puede que entonces me acostumbrara a la idea de que siempre hay dos razones en conflicto, de que un juicio debe valorar de manera equilibrada ambas y resolver de la manera menos injusta posible. Puede que esa idea siga viva dentro de mí a pesar de tantas noticias que nos han venido mostrando desde entonces cómo tantos jueces prefieren imponer sus prejuicios religiosos o políticos, sus seguridades personales, por encima de cualquier interpretación de la ley, sin que les importe una higa el daño causado. Jueces a los que llevan tiempo sumándose decisiones incomprensibles de jurados populares que parecen más dispuestos a sumar compasión o miedo a los criminales que un mínimo respeto a las víctimas.
Y por eso cuando tuve noticia de la absolución del tal Piñeiro estuve leyendo varias reseñas, comentarios y valoraciones del juicio (consciente también de que también hay que tener mucho cuidado con qué y cómo recoge la prensa una noticia) para tratar de formarme una opinión que acabó siendo un escalofrío. Y es que cuando el propio Fiscal Jefe de Vigo considera la resolución incomprensible y apunta que ninguna persona con conocimientos de Derecho hubiera dejado suelto al autor de las muertes afirmando además "que de repente se considere que dar muerte a dos personas con 57 puñaladas no merece ni un año de prisión, chirría" nos da mucho que pensar.
Los datos del crimen son estremecedores por el nivel de ensañamiento, por la sangría provocada sobre los dos jóvenes a pesar de que las primeras puñaladas a Julio eran ya irreversibles (el jurado ha llegado a decir que el hecho de que además de las tres primeras puñaladas, las tres mortales según los forenses, le apuñalara 30 veces más "no demuestra intención de matar"). Ha llegado a afirmar que el autor confeso tenía miedo de ser violado y asesinado, que era él poco menos que la víctima y había actuado en legítima defensa, también al matar a Isaac, y eso después de que con una puñalada le dejara impedido el brazo, le siguiera mientras el chico se encerraba aterrado en una habitación para llamar a la policía, tenía el cuajo de derribar la puerta del cuarto y apuñalarlo repetidamente hasta dejarlo exánime, y aún más cuajo, el de permanecer en la vivienda varias horas, registrarla y llevarse varios bienes.
Pero el pobrecito estaba, lo ha dicho un jurado, aterrorizado ante la posibilidad de ser violado. Una vez más la mierda del "pánico homosexual" como excusa, esa curiosa epidemia del miedo a los perversos homosexuales o a confirmar el temor de la propia homosexualidad (así es como han definido el "pánico homosexual" los psiquiatras, así a grandes rasgos lo explica en un artículo periodístico Luis Rojas Marcos, que lo aplica a tanta manifestación absurda y denigrante contra la igualdad de derechos de las personas homosexuales, extrañado de la rara epidemia que estaban viviendo entonces en Estados Unidos -el artículo es de 2003- y que poco a poco contagió a tantos miles en nuestra España). Así que es posible matar a dos personas, hacerlo con una crueldad extrema, confesarse culpable y salir libre en España. Pero ojo: hay algunas condiciones. Tiene que haber un acusado que tenga miedo a los maricones, mucho miedo. Tiene que haber un jurado popular de miradas gachas que se contagie del pánico homosexual del acusado. Los muertos tienen que ser homosexuales, seres, esto es, cuya vida al parecer y para ciertos "buenos y respetables ciudadanos" no vale una mierda; y si uno es brasileño y negro, miel sobre hojuelas, que asusta más.
¿Imaginan posible la misma decisión con el mismo jurado si las víctimas hubieran sido dos hombres heterosexuales¿ Y todavía más, ¿si hubieran sido dos mujeres? Francamente, yo no. Y mientras los de siempre, también muertos de miedo, intentan evitar que simplemente se mencione la homosexualidad en un libro de texto, acciones vergonzosas como ésta dan más valor a la necesidad de educar, de superar prejuicios y estupidez, de desterrar miedos absurdos, de luchar contra la violencia homófoba de los que a lo molotov dan "matarile al maricón" y los que se sienten de nueve en nueve a reírles la gracia.
No soy capaz de imaginar el dolor de Marta Triviño, de imaginar su impotencia ante el segundo asesinato de su hijo. Aunque estoy seguro de que el recurso interpuesto por el Fiscal acabará dando fruto, provocando la anulación de un juicio que más bien sonaba a cruel murga de carnaval y tratando de enmendar el rebuzno de nueve hombres sin piedad.
Termino con más horror. Cuando está reciente la absolución de Vigo, absuelven en Inglaterra, la civilizada Inglaterra, a otro bastardo con miedo a los homosexuales y que igualmente actúa en legítima defensa. Esta vez rompiéndole la cabeza a golpes mientras profería gritos homófobos contra la víctima, un muchacho gay de 18 años, Michael Causer, que debía de ser peligrosísimo cuando comenzó la agresión, ya que estaba dormido y borracho. Falta saber si tras la absolución de uno de los dos criminales, el segundo tendrá la misma suerte y le mataría sólo porque estaba aterrorizado ante el peligrosísimo muchacho.
También en Liverpool pueden rebuznar los tribunales. También en Liverpool el responsable ha sido un jurado popular.
¿Hasta cuándo?

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Personalmente creo que en España no se dan las condiciones de educación y cultura suficientes para que un jurado popular pueda actuar ante determinados casos.

Frantic St Anger dijo...

Asqueante hasta la naúsea. No se puede definir de otra manera. Yo, al menos, no puedo.

Anónimo dijo...

La justificación, he ahí la clave. La justificación del crimen llega a anular toda posibilidad de justicia, y toda la responsabilidad del criminal. La justificación se construye en estos casos mezclando el poderoso lenguaje autoritario de la psiquiatría y los prejuicios humanos más detestables.
Es inquietante.
Es el ser humano moderno que huye de la responsabilidad de los actos propios; sólo emitimos justificaciones, para lo propio y para lo ajeno. Es terrible lo que este jurado popular emite como sociedad y transmite a la sociedad de la que sale.
Estoy horrorizado.

Rukaegos dijo...

De acuerdo con los tres. Horror y/o asco es lo que producen decisiones así (en Santander tuvimos un jurado con animalada semejante, aunque sin homofobia mezclada, y no olvidemos al que en Vizcaya dejó suelto a un terrorista). Como bien dice Anónimo, huimos de nuestras responsabilidades y así cualquier cosa que provoquemos nace de la nada y no importa el daño que provoque.
Mientras el acusado se justificaba, tres mujeres del jurado lloraban emocionadas al escuchar su arrepentimiento. Tal vez si los dos muertos pudieran hablar también habrían emocionado al jurado y hubiera cambiado el veredicto pero ... ¿deben los tribunales juzgar por las emociones?¿es inocente quien da lástima y culpable quien nos cae gordo?

Como rojoyverde, pienso no sólo que en España no se dan las condiciones objetivas para el correcto funcionamiento del jurado; pienso además que es una institución extraña a nuestra tradición y nuestras costumbres y que funciona en países con otra mentalidad y otra implicación social. Otro concepto de responsabilidad en suma.

Sea como fuere, sigue horrorizando leer la noticia.

Alfonso Saborido dijo...

A mí me da miedo que gobierne la derecha porque creen que en cierto modo violan mi libertad porque legislan en contra de mis derechos. Entonces, con este miedo mío ¿le puedo pegar cuatro tiros a cada cual que me encuentre que me de miedo sin que vaya a la cárcel? Pregunto.

Anónimo dijo...

El ser humano puede ser maravilloso (dice un anuncio), pero también puede ser repugnante. Que 9 energúmenos puedan decidir en un juicio, invalida la figura del jurado popular. En Vigo absuelven porque las víctimas eran homosexuales y en Santander (otro escándalo) porque la víctima era toxicómana y "ruidosa". En cambio a Dolores Vázquez la condenaron porque no lloró arrepintiéndose (claro, no tenía de qué arrepentirse) y porque era lesbiana. ¡Qué asco! Dan ganas de tirarse al monte. Paco V.

Anónimo dijo...

A mi no me da miedo ni que gobierne la derecha, ni la izquierda. Lo siento por ti Alfonso, pero desconozco, si hay algo de verdadera "fobia" en ese comentario (que puede ser claro un broma simplemente) en que pais, o en que siglo vives.

Dicho lo anterior, estoy de acuerdo contigo Rukaegos en relacion con la Ley del Jurado. En el tiempo en el que fue aprobada, yo estaba en la Facultad de Derecho, y recuerdo como el Gobierno de entonces, la "vendio" como una medida de "democratizacion" de la justicia. Todavia estoy intenando averiguar que significa eso. En fin, yo padezco de "juradofobia" (salvo cuando se trata de Law & Order, claro...)

Respecto del caso, me gustaria hacer una apreciacion delicada. Imagina Rukaegos que le quitas el contenido del "miedo insuperable" alegado por el sujeto de marras (esto es, el miedo a ser violado por las personas que finalmente mataria). Posiblemente no habria lugar a hablar de "homofobia", pero eso no haria la situacion (muerte de dos personas, alegacion de miedo insuperable por el acusado, absolucion por jurado) menos aberrante.

Lo siento Rukaegos pero ya sabes que no me gustan los vericuetos semanticos. Lo se, no soy moderno.

Si en este caso hipotetico que te propongo en vez de la victima haber sido homosexual, hubiera sido un Senegales, me pregunto si el acusado hubiera cometido no solo un delito de asesinato (eximido o no) si no tambien uno de "xenofobia" (y que la exculpacion por el jurado, como en el caso del que hablas, diera lugar a considerar a sus miembros "xenofobos").

No estaremos forzando demasiado un de ya por si vejado vocabulario (includio el juridico)?

Error judicial, posiblemente. Inadecuacion del proceso por jurado al caso, sin duda. Pero "homofobia", o "xenofobia", u otras que se me ocurren dependiendo quien sea la victima (o quizas el autor... recuerdas Rukaegos aquello del "derecho penal de autor"?), espero que no...

... porque si es asi, entonces, le dare un poco de razon a Alfonso y a sus "fobias" (siempre refiriendome a su comentario que pudo ser sin duda una broma) y declarar publicamente mi "postmodernofobia" (unos segundos antes de retirarme a decadente convento de cartujos).

Un abrazo

Nacho

Rukaegos dijo...

Siguiendo tu broma, Alfonso (como yo sí te conozco sé que lo es) en teoría sólo si al que matas es algún tipo de ciudadano perdido para dios y para el mundo: homosexual, senegalés o toxicómano ruidoso (como el apunte santanderino de Paco V.); si la gente que te da miedo es gente de orden (como sin duda serán, por ejemplo, las patrullas ciudadanas de Berlusconia) entonces el jurado dirá que algo habrás hecho tú para tener miedo y te empapelará sin duda.

Un abrazo muy fuerte.

Alfonso Saborido dijo...

Obviamente , más que broma, es un sarcasmo.
Y evidentemente, a mí me da miedo que gobierne la derecha ¡si es que me va a quitar derechos civiles cuando lo haga! cómo para no temerle, vamos :(

Rukaegos dijo...

Atinadísimos tus apuntes, Paco: como Dolores Vázquez era dura, no lloraba, era lesbiana y además ofrecía un claro perfil de criminal según el entonces ministro de justicia (mira, ése no dimitió a pesar de sus rebuznos prejudiciales) había que condenarla. Como la mujer toxicómana de Santander no sólo se metía droga sino que hacía ruido, los del jurado decidieron que todos hubiéramos hecho lo mismo que el pobrecito homicida que por arte de magia se convirtió en no-homicida. Como las víctimas de Vigo le habían hecho proposiciones obscenas (según él; jamás podremos escuchar la versión de los hechos de Isaac y de Julio) y a él los homosexuales le daban miedo, pues qué iba a hacer el pobreciño sino coserlos a puñaladas, destruir las pruebas y robarles la casa.
Por cierto, como no suelo utilizar el lenguaje políticamente y además el título jugaba con el de la película, a lo mejor es bueno recordar que siete de los nueve hombres eran mujeres ;)

Rukaegos dijo...

Nacho, antes de nada, agradecerte como siempre tus aportaciones al debate. Vuelvo a escribir la respuesta, porque blogger me hizo una gracieta y me la borró (a ver si mi neurona da para reelaborarla, con lo chula que me había quedado).

Estamos de acuerdo en la "juradofobia". Los poderes emanan del pueblo, eso lo tengo claro. Más claro que el ejectivo y que el legislativo, me temo, y sobre todo mucho más claro que un judicial perdido en su propio corporativismo. Pero "democratizar" la justicia no pasa necesariamente por la instauración del jurado.

Aunque para ser justos, las "perlas cultivadas" de tanto juez ni son menos ni son peores que las de los jurados. Tal vez nos escandalicen más las segundas precisamente por lo que señalaba rojoyverde, porque no sentimos al jurado como una institución propia y nos chirrían sus errores más que los de los jueces, a los que estamos tan tan acostumbrados.

Sé que no te gusta por razones diversas el término homofobia, al menos su abuso o su utilización generalizada o imprecisa. Y podríamos estar de acuerdo en algún punto intermedio. Sobre todo, tengo claro que no todo delito cometido contra una mujer por un hombre es machista, no todo el cometido contra un extranjero es xenófobo, no todo el cometido contra un homosexual es homófobo. Aunque yo sí estoy de acuerdo en que nuestro Código Penal haya recogido como agravantes estas circunstancias cuando forman parte de la motivación, de la causa, del delito. Pero por eso mismo, su uso indiscriminado y atécnico me hace recelar, porque no hace ningún bien tampoco a la función educadora e igualitaria que pudieran tener.

En el caso de Vigo, creo que al menos podemos hablar al menos de indicios de homofobia. En primer lugar, es la propia defensa la que presenta la orientación sexual de las víctimas como fundamento del "miedo insuperable" del apuñalador compulsivo. Queda latente la idea del "pánico homosexual" definido por la psiquiatría, y la relaciona directamente con la comisión del crimen.

Pero en lo que al jurado se refiere ... me desazona una pregunta. La de si las lágrimas del apuñalador compulsivo (de momento y hasta que no se resuelvan los recursos ya no le podemos llamar homicida ni asesino ufff) le hubieran servido para salir de rositas si las víctimas hubieran sido, por ejemplo, dos mujeres (vamos a pensar en el caso Marta del Castillo y resolvemos), si hubiera supuesto la absolución ante dos camellos de poca o media monta, ante dos chicos """""normales"""" a los que hubiera acompañado a casa para esnifar un poco de farlopa. Y me temo que no, me temo mucho que a la gravedad del hecho en sí de que alguien mate a dos personas, lo haga con una crueldad extrema y mostrando la frialdad que mostró el apuñalador tras los hechos, la razón última de su absolución es que siete de los nueve miembros del jurado "comprendieron" sus motivos.

Otros prejuicios diferentes actuaron en el impresentable jurado de impresentables que en Santander absolvió, como bien recuerda Paco V., al asesino de una mujer no hace mucho tiempo, porque ella era toxicómana y hacía mucho ruido. Y eso al parecer convirtió en "comprensible" que su vecino la matara.

El caso de Vigo nos debería servir para recordar que muchos prejuicios continúan vivos en nuestras mentes y en nuestra sociedad, que esos prejuicios no son inocentes ni inocuos, que matan o consienten, que impiden que todos seamos iguales ante la ley. Y eso da mucho miedo.

Rukaegos dijo...

A ti no te quita derechos civiles nadie, Alfonso, o se las verá conmigo.

Que además de burro y cabezón, como me enfade arde Troya ...

;)

Anónimo dijo...

No te entiendo, lo intento, pero no lo consigo.

Escribes: "Como las víctimas de Vigo le habían hecho proposiciones obscenas (según él; jamás podremos escuchar la versión de los hechos de Isaac y de Julio) y a él los homosexuales le daban miedo...". No se si es un uso politico del lenguaje, pero si parece un uso del mismo que yo no comprendo.

Desconozco los detalles del caso, pero el "miedo insuperable" alegado no parece que fuera "miedo a los homosexuales" en general, si no "miedo" (hoy quiero ser especialmente meticuloso con las comillas) a las personas que finalmente moririan por su mano, que, de paso, eran homosexuales. Y esto es completamente diferente

Que el caso se las trae es algo evidente. Que podemos estar ante un error judicial (alentado por una mala concepcion de la administracion "popular" de la justicia), estoy dispuesto a concedertelo.

Pero lo que no es evidente es reconducir la decision del jurado a una complacencia del mismo con el agresor debido a un cierto "valor menor" de las vidas de las victimas debido a su orientacion sexual, que tu pareces deducir de todo esto imbroglio.

Fina es la linea que separa el lenguaje de sus usos adjetivos. Hoy creo que he visto cruzar una que, ni apruebo, ni desapruebo, si no que simplemente no entiendo.

Te ruego me disculpes si he sido abrasivo en el comentario.

Una abrazo

Nacho

PS. A mi el titulo del comentario me ha parecido muy adecuado. Gran obra. Mi estupefaccion quizas se deba al subtitulo. Es barato matar homosexuales en Vigo? Quizas no mas barato que matar a cualquier otra persona, independientemente de su condicion social, ideas politicas, sexo, orientacion sexual o creencias religiosas.

Anónimo dijo...

Te he mandado el segundo mensaje sin ver tu respuesta. Juzga si merece la pena publicarlo. Aunque creo que se ha quedado sin "razon evidente".

Ciao

Nacho

Rukaegos dijo...

Como creo que incorporas reflexiones que no estaban en tu primera intervención, me parece útil publicárte los dos, la ampliación y su posdata :)

En cualquier caso, entiendo que más o menos estaba ya contestado en mi respuesta a tu comentario. Si te parece que sigamos enredando por alguno de los complejos páramos en que nos hemos metido, quedo a su disposición, caballero :)

Agata dijo...

Ayer hablé de este tema en el blog.No me lo podía creer y sigo sin poder hacerlo.Le he visto la cara al "sujeto" en la televisión y he visto la cara de un cínico monstruoso.No creo en la Justicia,qué queréis que os diga.Si algunas de las víctimas fuera hijo mío me gustaría que ese "sujeto" pagara por lo que hizo.Si yo fuera la madre de ese cínico,haría porque pagara por lo que hizo.

ixilik dijo...

Al fin un chiste de Arevalo, en el que nadie se ríe al final.
Tarde o temprano, lo mismo que ha pasado con la violencia de género, tendremos que ser totalmente intransigentes con todo asomo de homofibia.
Basta de comprender nada, el aguantar tanta bromita del jabón que se cae, en el bar, en la tele en el trabajo... Lo malo no es que el jurado, saque lo más primario de su subconsciente, es que un día un drogado, otro un skinger, y otros un grupo de albañiles gritando a la maricona, siguen las agresiones.
Tolerancia cero, saquemos la mala leche

Rukaegos dijo...

Qué tal Ágata. Llevo una temporada en la que cada vez creo menos en la justicia, y eso que dentro de un orden y sabiendo sus limitaciones era una institución en la que confiaba bastante. Nunca confié en el jurado, y ahora que encima muchos jueces están demostrando anteponer sus ideas religiosas, morales o políticas a la mens legis, pues qué quieres que te diga ... ya decía una maldición aquello de "pleitos tengas".

De todas maneras, estos días con este caso, el de Marta del Castillo y otros también estoy convencido de que hay que tener mucho cuidado, porque hacer justicia no es sólo obtener revancha, y estoy oyendo por ahí cosas que no me convencen nada.

Saluducos

Rukaegos dijo...

Qué tal ixilik, gracias por la visita y por el comentario :)

Comprendo tu posición, aunque le haría un par de matices, sobre todo el referente al sentido del humor, la ironía, la acidez como armas contra homofobia y homófobos: que la mala leche no nos quite otro tipo de mala leche.

Pero comparto contigo que al proceder de una sociedad, de una educación, de una cultura, en que ser homosexual era (para muchos es) "lo peor" que se puede ser, hemos aceptado que nos toca la función de pim pam pum, y tenemos unas tragaderas más allá de lo aceptable, y soportamos estoicamente a nuestro alrededor gracietas, comentarios, insultos, tópicos, etc. sin pegar un corte como es debido.

Y sí, deberíamos empezar a plantarnos. Lo malo es que ¿cómo se plantan tantas personas que siguen teniendo miedo a que los demás sepan que son gays?

Un saludo :)

ixilik dijo...

Naturalmente, que lo de la mala leche, era referido a esclusivamente verbalmente. Soltemos la lengua, que ésa si que la tenemos bien entrenada.Es custión de ridiculizar ante los demás a quien tenga esos deslices de graciosillo, que dicho por delante yo tambien los he tenido, y si no con el tema gay, si con chistecitos de negros o de neuronas de mujeres...
En cuanto a los que están dentro del armario, naturalmente que no les exijo que tengan esa actitud marcante, que les delataría. Nunca he estado de acuerdo con sacar a nadie, de donde no quiera salir, es a los últimos que hay que presionar, bastante presión aguantan en silencio.
Un abrazo, y esta vez mucha mala leche, de la otra, de la que gusta más sacar

NO SÓLO LO PIENSO dijo...

Pues yo tengo que decir que no estoy de acuerdo con Nacho. Yo sí creo que detrás de la decisión del jurado está la homosexualidad de las víctimas. Sobre lo que habría pasado si las víctimas hubieran sido senegaleses, no sé, pero me lo puedo imaginar. yo lo que creo es que la homofobia suele ir de la mano de otras fobias, y este jurado, además de LGTBfobo, seguramente es xenófobo y machista

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