Ayayayayayayay, Gelo, Ayayayayay.
Hoy me toca a mí comenzar con esa intervención tan tuya con la que tratabas de mostrar su continuo asombro, deslumbramiento e incomprensión del mundo cuando Gin, la Poligonera, contaba las cosas a su manera y en su blog.
- La Poligonera, sí, la Poligonera, que ahora te pones a escribir cosas bonitas de Gelo y yo te tuve que echar tres maldiciones sumarias, seis tormentas, veinticuatro pesadillas y seis quintales de remordimientos para que te acordaras de mí, que más que con Gafapasta te vas a quedar con Caraculo, que no te lo perdono.
Pero Gin...
-Ni pero Gin, ni leches, que yo he sido tu Perrinalinda más Linda y eso lo sabes tú y lo sé yo, y me merecía un artículo bonito y sentido, como los demás. Bueno, como los demás no, que a la pobre Camila y a la pobre y malvada Anabótella Miércoles tampoco les dejaste nada por escrito. Mira, me voy, que me caliento. Y esta noche te cae otra pesadilla por baboso.
...
-Claro, quédate sin palabras. Ah, y que sepas que el tochuno está hecho un pincel súper rejuvenecido, que le presenté a todos los bichos de la pandilla que no conocía y que esta tarde nos vamos a tomar el té al sector Mami Glenda, y van a venir tu padre y el Chicoguapo. Y te voy a poner verde, verderol. Ah, y que sepas que el tochuno ademas está haciendo el ridículo todo el rato de puro intensito, con tanto ayayayayayaleches.
Vale, Perrinalinda, mensaje recibido.
-Caraculo.
Bueno, que...
Que estaba tan mentalizado hace tanto tiempo que tu despedida no ha causado sorpresa, pero sí dolor. Porque algo se muere en el alma cuando un amigo se va y tú no has sido un perro, has sido un amigo: Leal, cercano, paciente, tranquilo, cariñoso. Tocho también, eh, muy tocho. Pero confiable y confortable. El perro de todos, porque te garantizo que mucha gente por el barrio ha echado una lagrimuca pensando que ya no le darás golpecitos con la pata para recordar que estás ahí y que todavía no te ha hecho un par de mimos a modo de arancel. Un perro tranquilo y bueno, al que un día abandonó un sinvergüenza, rescatado por Sonia y Berto, y con nuevo destino en Villa Mateo, certificado por esa bonita foto en Jado, los dos con la Poligonera, y esa otra foto en la que la Poligonera parece explicarte el barrio desde las escaleras mecánicas que entonces funcionaban con cierta regularidad.
Recuerdo imborrable, la obligación de pasar cada tarde por el Mesón Salamanca desde que ante tu sorpresa, en tu primera tarde en Santander, te dieron un trozo de pan frito que te supo a hogar y a gloria, y tu cara de desolación los martes, cuando cerraban por el descanso semanal.
¿Te acuerdas de esa canción de Pablo Milanés? ¿La de "El breve espacio en que no estás"?
No te haces idea de lo real que se siente ahora, cuando la mirada te busca de forma automática al llegar a casa, cuando me acomodo en la cama dando por sentado que una parte específica del colchón es tuya, cuando hago algún movimiento extraño por el pasillo para no tropezarte o no pisarte, cuando preparo la comida y guardo recortes de cosillas ricas para lanzártelas al otro lado de la puerta. A ti, que siempre estabas al lado, que te ganaste el título de "El Ayudante" en casa, porque todas las tareas las tenía que hacer contigo bien pegado, o el de "Gelo Pegatina" que te pusieron en "Como en casa", tu hotelito de vacaciones.
Pero así son las cosas, Gelo. Con esos últimos meses en los que la mochila de los años pesaba cada día un poquito más, y a veces te caías o te despistabas. Y volvías a robar comida, como un cachorro descerebrado, y seguías disfrutando de la calle, más despacio, más torpe pero siempre feliz y agradecido.
La vida sigue, aunque sin ti va a ser menos luminosa, y como a ti te hubiera gustado, otro perruno abandonado llegará a casa, y sé que te va a gustar: Grimm, un braco alemán de unos pocos meses que ya sabe lo que es vagar a su suerte... qué te voy a contar de lo que pasáis los perros de caza.
Así que aquí te queda este recuerdo, con la foto de ese Vanity Guau que diseñó Eduardo Zamanillo para recordar tu pinta de modelo canino. Que todo lo que tenías de tocho lo tuviste de guapo.
Y que ayayayayayay, Gelo, que ayayayayayayay.